Final Alternativo...

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Este final es el original de la historia.




El final estaba cerca y lejos, Eunha no encontraba la paz y Sowon no encontraba un lugar en el mundo político que la mantuviera saludable y estable mentalmente.

La muerte de Yerin las dejó atónitas, su primer aniversario estuvieron en el cementerio después de haber luchado mucho por mantenerla viva, pero haberla dejado en estado vegetativo ya era demasiado para Eunha. Así que la desconectaron para que al menos pueda estar mejor en algún lugar tranquilo pero la que seguía de pie era su madre.

Eunha perdía la cabeza, no quería vivir más sin Yerin, se sentía incompleta y vacía, vacía en su vida y su corazón. Se había ido algo de ella y no sabía cómo recuperarlo.

Sowon dejó la gobernación del país y fue elegida presidente, pero eso no la hacía feliz, nadie la quería ahí en el gobierno ni ella misma se quería, quería una familia de vuelta, quería su pequeña niña que no pudo disfrutar, la pequeña niña que se fue en un instante y la hizo sentir varias emociones de desesperación y tristeza.

Ahora ella no encontraba el rumbo, estaba perdida y su vida no tenía el mismo sentido que antes, ¿tanto mal sentía por una niña que ni era su hija? Sí, se sentía fatal.

Los brazos estaban cortados y los labios resecos de las dos esposas, seguían respirando pero estaban muertas por dentro, todo era un desastre a su alrededor.

Ellas eran el desastre, un desastre que parecía no tener final, no parecía un final feliz.

Eunha derramaba lágrimas y Sowon derramaba alcohol sobre la gran mesada, nadie las veía como antes, no había habla solo tristeza. Todos se habían ido a sus casas y ellas se quedaron solas.

Las lágrimas seguían sobre el alcohol.

La oscuridad era una opción, estarían juntas pero no querían alejarse del mundo, pero sus dudas salieron de su mente para encontrarse con Kim Sowon, el amor de su vida, su segundo amor porque el primero estaba en otro mundo, su primer amor era Yerin y ella estaba primero que Kim Sowon.

Al mirarla a la cara y susurrar su deseo, Kim comprendió lo que decía, sabía que quería esa opción hace mucho pero quería estar junto a ella.

Las charlas salieron y las lágrimas cayeron sobre el alcohol haciendo que Sowon y Eunha formaran un beso largo y lento como un baile de cuatro piezas.

La noche fomentó un acto de amor pero al acabarlo sabían que sus vidas no estaban felices, lo hicieron por gusto, lo hicieron para sentirse saciadas con ellas mismas.

¿Habían perdido la pasión? No, habían perdido la felicidad de estar juntas como familia, perdieron todo y se habían oxidado los sentimientos que fueron soldando.

El cuarto amarillo estaba vacío, un muñeco de felpa sobre la cama indicaba que su alma estuvo allí en algún momento de su vida, todas las fotos decoraban su habitación en el sentido de que Eunha recordara cada momento.

Ella ya no hablaba con los demás, hablaba con Yerin en sus sueños, su vida era gris sí ella no le respondía en esa habitación donde estaba.

Kim contemplaba la estabilidad mental de su esposa pero la comprendía, ella hablaba con Yerin, ella estaba jugando en el patio y ella la veía, la veía después de las pastillas tomadas.

Estaban débiles, perdidas y con frío, no había una vuelta atrás del almanaque, se había ido Yerin y ellas debían seguir a su suerte.

Sowon aspiró y Eunha comenzó a tomar, las dos derramaban lágrimas sin saber que Yerin estaba observando. Tenían miedo pero ellas siguieron, comenzaron a caer al suelo y mirarse por última vez, un "adiós" se escuchó en la habitación y la oscuridad había tomado posesión de sus almas y de sus cuerpos.

Ellas ya estaban felices en otro lugar o al menos eso estaban contemplando desde un mundo triste y con lágrimas.

Un mundo sin Yerin.

Fin.

Mami... ¡Quiero una mamá! │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora