» 08 «

12 3 1
                                    

"Estás despedida, no hay presupuesto para una maestra de tan pocos años de carrera". Eso fue lo último que escuchó Eunha antes de salir por la gran puerta de la escuela. Nada podía salirle mejor, ya no tenía trabajo, ya no tenía comida en su casa y tenía una hija con Leucemia.

Nada podía salirle mejor.

Eunha, no quería llamar a su familia pidiendo dinero, prefería mil veces prostituirse que a llamar a su hermosa familia.

Entre sus miles de pensamientos que pasaron por su mente estaba el de pagar la renta, no sabía cómo la pagaría pero la tenía que pagar para no perder su casa.

De inmediato Eunha partió para allí.

Al llegar al gran edificio, pero mugroso y sin lujos, se dio cuenta que había hombres sacando un par de bolsas gigantes, Eunha pensó que debían ser de alguien que se estaba por ir del lugar.

—¡Aquí estás! —gritó un obeso hombre señalando a la menor— ¡Ven aquí!

—¿Necesita algo señor? —preguntó Eunha con cierto nerviosismo.

—¿Necesitar? ¿Yo? No me hagas reír, tú eres la que va a necesitar algo —dijo sarcástico.

—¿Qué cosa necesitaré?

—Aish, ¿Eres idiota o te pagan? Necesitarás una casa.

—¡Pero la hoja de pago se me fue entregada ayer!

—No es cierto idiota, hace un mes se te fue entregada, tú seguramente las escondiste. Idiota, ahora recoge tú ropa y la ropa de tú mocosa, váyanse de aquí.

Eunha enojada preguntó:

—¿Y mis muebles?

—Son del edificio...

—Oh...

[🍼❤️]

Y allí va Eunha, con dos bolsas gigantes de ropa en un gran parque. Desesperada y sin suerte en la vida, espera que al menos su pequeña le saque una sonrisa.

De pronto, mientras iba por aquel sendero amarillo, vio como una mujer jugaba en el arenero junto a su pequeña Yerin. Esa mujer era Kim Sowon.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó con su entrecejo formándose al acercarse.

—¡Hola mami! —saludó la niña y fue a abrazar a su madre.

—Hola Jung Eunha... —saludó Sowon— Venimos a jugar un rato con Yerin, estuvo divertido —dijo Sowon nerviosa.

—Creo que me di cuenta ya que se reían bastante fuerte, ¿qué es eso? —preguntó Eunha señalando la gran montaña de arena.

—Estamos formando mi casa ideal con Sowon, mami. ¿Quieres unirte?

—No creo que tú madre quiera Yerin. ¿Qué son esas bolsas?

—Oh... creo que es momento de decirlo, me quedé sin trabajo y sin casa. Creo que no tengo un día de buena suerte, ¿no?

—Oh... ¡no importa mami, la señora Kim Sowon nos va a prestar una casa por algunos días hasta que encontremos una más linda con un patio y patos en un gran estanque!

—N-no creo que la señorita Kim Sowon nos dé prestada su casa por unos días.

—No habría ningún problema, pueden venir. Sólo si Yerin termina con su casa ideal.

—Mi casa ideal ya está completa señorita Sowon.

—Pero solo es una gran montaña de arena.

—No importa donde estemos, mi hogar es donde estén ustedes dos y algún que otro patito amarillo —la niña tomó las manos de las dos chicas y salieron del parque. Obviamente Sowon llevaba una bolsa de ropa gigante y Eunha otra.

—¿Podemos comer panqueques al llegar al hogar de la señorita Sowon?...









—¿Podemos comer panqueques al llegar al hogar de la señorita Sowon?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mami... ¡Quiero una mamá! │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora