No se en qué momento me quedé dormida, pero se que al día siguiente alguien estaba tocando mi puerta y tenía el libro que había empezado a leer sobre mi pecho.
— Un momento.
Me arreglo un poco mi pelo y me acerco a la puerta para abrirla.
— Buenos días — Me saluda Ari con una gran sonrisa — ¿Te desperté?
— Si, no te preocupes — Digo restregando uno de mis ojos.
— Vic me dijo que te buscara para bajar al comedor, comerás con nosotros — Dice la rubia entrando a la habitación.
— ¿Nosotros? ¿Quién son nosotros? — Pregunto confundida cerrando la puerta.
Un momento...
¿Por qué abrí yo la puerta, si supuestamente estaba cerrada con llave?
— Yo abrí la puerta con la llave, pero preferí tocar antes de entrar — Dice Ari como si estuviera leyendo mi mente.
— ¿Hablé en voz alta o lees mentes? — Pregunto confundida.
— Ninguna de las dos, pero tú cara confundida te delató — Dice soltando una risita — Te traje algo de ropa, bañate y cambiate, yo te espero para bajar juntas.
Asiento levemente aún confundida y tomó la bolsa con ropa que me extiende, para luego meterme al baño.
Al sentir el agua caer sobre mi cuerpo, suelto un suspiro de relajación, esto se sentía bien.
Luego de darme la ducha, me cambié en el mismo baño y me miró en el espejo, un pantalón negro que resaltaba mi figura junto una blusa pegada color beige, al cual tenía un poco de escote.
Me gusta, es más mi estilo.
— Ya estoy — Digo saliendo del baño.
— Te ves guapísima — Dice con una sonrisa — ¿Te ayudo con el cabello?
— Tendría que secarlo para hacerme algo y no tenemos tiempo.
— Aún faltan 20 minutos, ven — Dice para luego sacar un secador de cabello del clóset.
Me siento en una silla mientras está seca mi cabello.
— Cuando entraste, dijiste que "Comerás con nosotros" y no me contestaste quienes son nosotros — Le recuerdo.
— Pues Samantha, Victoria y Mauro, a esos ya los conoces — Me dice — También están Mari, la hermana de Mau, Juan, el cual es mi esposo, Ama y Filis, mi hermana y su esposo, esos somos todos.
— No sabía que estabas casada, cool.
— Lo se, estoy joven para decir eso — Bromea — Me enamore joven, ese muchachito me cautivo.
— Que bonito un amor así — Sonrió con melancolía — ¿Cuantos años tienes?
— 25 — Me dice — ¿Tú?
— 24 — Contesto — Solo nos llevamos un año.
Seguimos una charla un poco trivial hasta que al fin mi cabello estaba seco, y Ari lo peino amarrando dos mechones de cabello hacia atrás y dejando el resto suelto, era simple y lindo.
— Listo, vamos a comer.
La rubia entrelaza su brazo con el mío y salimos de la habitación.
No pierdo la oportunidad para darle un rápido vistazo a todos lo que nos rodea, se notaba que era un lugar con muchas cosas caras, probablemente una simple pieza cueste mas que yo.
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