𝓔𝘪𝘨𝘩𝘵

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Taesan estaba de camino al bar donde trabaja Jaehyun, el mayor lo había llamado el día anterior pidiéndole que salieran ese día y él no tuvo problema en aceptar la propuesta

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Taesan estaba de camino al bar donde trabaja Jaehyun, el mayor lo había llamado el día anterior pidiéndole que salieran ese día y él no tuvo problema en aceptar la propuesta. Desde que regreso de la casa de su familia estaba entusiasmado por ver al chico, ahora sonreía inconscientemente al pensar en él.

Quería ser sincero sobre sus sentimientos con Jaehyun, aunque no fuera lo más fácil para él, ya que se le dificultaba expresarse. Había una pequeña voz que le decía que tal vez su mayor le diría que también gusta de él, pero era mejor no hacerse ideas. Dongmin quería estar bien, no quería más recuerdos del pasado que lo atormentaran, quería empezar de nuevo a pesar de las dificultades y lo mucho que le había costado rehacer su vida.

Llegó a la puerta del local, el cual estaba ya bastante vacío. Dudó si avisarle a Jaehyun que ya estaba ahí o no, sacó su teléfono y revisó la hora: 10:30, seguramente no tardaría en salir. Por suerte el lugar donde trabajaba el chico no cerraba hasta tan tarde a menos que hubiera eventos especiales.

Al cabo de unos minutos el pelinegro más bajo salió por la puerta, mirándolo con una sonrisa. — ¿Esperaste mucho?

— Oh, no, no. — negó con ambas mano. — Unos minutos nada más.

— Hace mucho frío. — dijo, acomodando su chaqueta. — Unos minutos pueden hacer la diferencia.

El más alto asintió dándole la razón. Comenzaron a caminar por aquellas calles bastante iluminadas, había empezado a nevar no hace mucho, por lo que las calles de Seúl estaban adornadas con centímetros de blanca nieve. El viento frío nocturno les daba en la cara sintiéndose refrescante, ambos caminaban en un silencio cómodo y reconfortante, la sola idea de estar a lado del otro decía más que una larga conversación.

Jaehyun miraba de reojo al chico que caminaba a su lado y, como siempre, se veía muy lindo. Tenía la nariz y mejillas rojas debido al frío y su cabello volaba por el fuerte viento. De apoco aquella molestia en su estómago comenzó a aparecer, aquella que siempre se hacía presente cuando estaba con el chico, que lo hacía querer dejarse llevar por sus impulsos y decirle lo mucho que le gustaba, pero no pasaría. No por ahora.

Si, lo había citado ese día para por fin hablarle a cerca de sus sentimientos, por eso estaba tan nervioso, tenía miedo de la respuesta.

— ¿Cómo pasaste las fiestas? — el mayor se atrevió a hablar.

Rápidamente Taesan volteó a mirarlo con esa sonrisa que tanto le gustaba. — Bien, fue bueno ver a mi madre de nuevo y charlar con ella. Me ayuda a... aclarar muchas cosas. — rió con nerviosismo. — ¿Y tú? ¿Qué tal?

— Pues... — Jaehyun suspiró. — Tuve que trabajar en las fiestas, el lugar se llenó hasta más no poder. Así que no descanse mucho.

— Que mál. — el pelinegro hizo un mojín. — Con mi familia fue muy tranquilo, el lugar no es tan ruidoso como aquí.

୨ৎ 𝗮𝗽𝗼𝗰𝗮𝗹𝘆𝗽𝘀𝗲 ─── 𝖽𝖽𝗂𝗇𝗀𝖽𝗈𝗇𝗀𝗓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora