Cuando Jaehyun terminó de arreglarse, se dirigió directamente al asiento del pelinegro, con una sonrisa de confianza aunque estuviera bastante nervioso.
Observó al pelinegro, sentado en el banco, aún degustando el trago y con la mirada fija en algún lugar, se preguntaba qué estaría pensando.
— Ya volví. — dijo, llamando la atención de Taesan. — Oye, te ves bastante bien ésta noche.
El menor desvió la mirada, riendo tímidamente. — Gracias, tú también te ves muy bien para ser ropa que usas para el trabajo.
— Me vestí especialmente bien hoy. — Jaehyun tenía un tono coqueto en su voz, era normal en él. — ¿Quieres ir a la fiesta o...?
— La verdad, estaba pensando en irme. — el chico se levantó del banco. — No soy mucho de lugares así, y la música me retumba los oídos.
Jaehyun asintió comprendiendo. — ¿Vamos a otro lugar?
Sonrió insinuando que iba con él a cualquier parte que decidiera ir, el pelinegro también lo hizo y asintió. Cuando salieron del bar, Taesan suspiró aliviado, sentía que en cualquier momento sus órganos explotarían por el alto volumen.
— ¿No avisaste a tus amigos? — el más bajo preguntó, mientras caminaban.
— Les mandaré un mensaje luego. — explicó, recibiendo un asentimiento de parte del chico.
Caminaban por las calles de Seúl, iluminadas por farolas, luces de autos y edificios y, como no, por la luz de la luna, estaba especialmente estrellado esa noche, además de hacer un poco se frío. Iban en silencio, aunque no era uno incómodo, al contrario.
— ¿Quieres comer algo? — Jaehyun volvió a hablar.
— Si, la verdad. — respondió, mientras miraba las estrellas. — Tengo bastante hambre.
Luego de un par de minutos caminando, entraron a un pequeño restaurante para comer. El mayor insistió en pagar ambas cuentas, pero Taesan no lo dejó.
— Oye. — Jaehyun llamó su atención. — El día que nos encontramos en el puente, te vi un poco decaído, ¿pasa algo?
Taesan no sabía cómo responder, o el chico era muy observador o su tristeza era más que obvia. Dudaba entre si decirle lo que en verdad pasaba o inventar una excusa. Al final, decidió ser sincero.
— Oh, eso. — bajó la mirada a su plato. — Hace unos meses terminé con mi expareja de años, y aún estoy afectado aunque haya pasado todo ese tiempo.
— Entiendo. — habló Jaehyun, quien no le quitaba los ojos de encima. — Debe ser difícil, salír con alguien por años y que se termine de un día para otro.
— Si... — se había puesto mal por el tema. — Por eso mis amigos tratan de distraerme, aunque sea en vano.
— Hey, tranquilo. — el mayor lo tomó del ante brazo en signo de apoyo. — Vas a poder olvidarlo en algún momento, y... pues así conocer a alguien más.
Taesan hizo contacto visual con él, Jaehyun sonrió. — No estoy seguro de querer conocer a alguien más. — El pelinegro soltó un pequeño “Oh”, algo que Taesan notó en tono decaído. — ¿Tú tienes pareja?
El chico, quien había desviado su mirada un momento, lo volvió a mirar. — No. Pero no me cierro a la idea, sé que en algún momento llegará la persona indicada.
La cena transcurrió tranquila después de ese tema, hablaban de cosas triviales para conocerse más. Eran bastante opuestos en muchas cosas, pero en otras hasta llegaban a ser parecidos.
— De pequeño tuve un gato. — le contaba Jaehyun mientras caminaban. — Pero un día me araño la cara y desde ahí soy una persona más de perros.
Taesan soltó una carcajada ante esa anécdota. — Los gatos son los mejores.
— Si tú lo dices. — contestó en tono sarcástico haciendo que el más alto le diera un pequeño golpe en el brazo.
Caminaron tanto hasta llegar al puente, donde había un hermoso espectáculo lleno de colores y donde las paredes del puente disparaban agua al río creando una especie de techo que se veía espectacular.
— Amo este lugar. — soltó Taesan mirando los chorros de agua.
— Si... es muy lindo. — sonrió Jaehyun, aunque no prestaba mucha atención al espectáculo.
A pesar de amar ese lugar y venir constantemente, a Taesan no le traía buenos recuerdos. Si, ahí Leehan le había pedido ser su novio pero, así como le pidió noviazgo, también le pidió terminar. Lo recordaba como si no hubiera pasado el tiempo, sentía el mismo dolor que ese día, ¿Cómo podría avanzar su vida así?
Jaehyun lo había acompañado hasta su casa, con la excusa de que quería asegurarse de que llegara bien.
— Supongo que aquí nos despedimos. — el más bajo tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta.
— Así es. — contestó. — Gracias, disfruté más la noche de lo que esperaba. Aunque no fuera en la fiesta.
Ambos soltaron una risa. — Cuando quieras podemos salir otra vez. — el pelinegro se mordió el labio inferior. — Pero para eso necesitaré tu número.
A Taesan le sorprendía lo descarado que era aquel chico, él no podría decir cosas así ni en un millón de años. — Tal vez... — se apresuró en tomar un pedazo de papel y un lápiz, escribiendo su número en él. — Aquí tienes.
— Te escribiré. — afirmó Jaehyun, guardando el papel. — Nos vemos, chico bonito.
Taesan se despidió con la mano y entró a su casa. Cuando cerró la puerta detrás de él suspiró.
No sabía que hacía, no se sentía listo para conocer a alguien más pero, ese chico tenía algo que con pasar el rato con él; Taesan se olvidaba de ese pensamiento. Tenía miedo de lo que podía pasar, que se repitiera la historia.
Cuando se baño y se dispuso a acostarse le llegó una notificación.
“Hola, soy Jaehyun”
Taesan respondió al mensaje y ambos se dieron las buenas noches. Puso el teléfono en la mesita de noche y tomó otra cosa.
El relicario, el cual obviamente lo había acompañado a la fiesta. Siempre lo veía antes de dormir y hasta que sus ojos se llenaban de lágrimas por los recuerdos. Y, como todas las noches, terminó durmiendose con el relicario en la mano.
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୨ৎ 𝗮𝗽𝗼𝗰𝗮𝗹𝘆𝗽𝘀𝗲 ─── 𝖽𝖽𝗂𝗇𝗀𝖽𝗈𝗇𝗀𝗓
Fanfiction═══ 𝗂𝗇𝗌𝗉𝗂𝗋𝖺𝖽𝗈 𝖾𝗇 𝗅𝖺 𝖼𝖺𝗇𝖼𝗂𝗈́𝗇"𝖠𝗉𝗈𝖼𝖺𝗅𝗒𝗉𝗌𝖾" 𝖽𝖾 𝖢𝗂𝗀𝖺𝗋𝖾𝗍𝗍𝖾𝗌 𝖠𝖿𝗍𝖾𝗋 𝖲𝖾𝗑 ୨୧ ddingdongz ─── jaehyun x taesan ୨୧ soft ☁︎ no se permiten copias ni adaptaciones sin permiso