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𝓣𝖾𝗇 : 𝓯𝓲𝓷𝓪𝓵

— No entiendo que fue lo que pasó. — dijo Sungho preocupado.

Taesan al fin había dejado que vinieran de nuevo, sabía que los necesitaba, y sin protestar sus amigos estaban allí pase lo que pase.

— Que soy un estúpido. — el pelinegro estaba sentado en la esquina del sofá, con los ojos hinchados por llorar y la mirada perdida. — Arruiné lo que tenía con Jaehyun solo porque volví a ver a Leehan. Seguro ahora me debe estar odiando, hasta yo lo hago.

— No creo que te odie. — habló Woonhak, como siempre, sentado a su lado. — Le gustas y no creo que llegue a odiarte.

— Literalmente lo eché de mi casa diciéndole que buscara a alguien más después de corresponderle. — recalcó Taesan. — ¿Tú no me odiarías?

— Sanie, él sabía por lo que estabas pasando. — Sungho hablaba con una voz suave, más de la normal. — Fuiste duro con él pero porque no querías lastimarlo.

— Se nota que te gusta. — volvió el menor. — Creo que deberías buscar ayuda en vez de solucionarlo tú mismo.

— Que tontería ir a un psicólogo por una ruptura. — bufó, restregando sus manos en si cara.

— Nada es una tontería si afecta tu vida y tu salud mental. — dijo Woonhak. — Date la oportunidad de sanar y estar con alguien que en verdad te gusta.

— ¿Sabes lo feliz que estaba cuando te veía hablar de él? — Sungho sonrió. — Nunca te vi sonreír tanto desde que acabó tu relación. Y se nota que ese chico haría lo imposible por ti. Dale una oportunidad y busca apoyo profesional si te da miedo lastimarlo.

Taesan estaba pensativo por lo que sus amigos dijeron. Aún así, él había terminado las cosas, había echado a Jaehyun de su casa, no creía que el pelinegro volvería a estar detrás de esa puerta. Había arruinado las cosas y aunque quisiera empezar de nuevo no creía que aquel chico que tanto le gustaba volviera a buscarlo, y era imposible hacerlo él porque no sabía donde vivía.

Riwoo habían venido a su departamento después de escucharlo mal en la llamada, su amigo siempre podía notar cuando estaba mal aunque fuera muy pocas veces.