¿Infidelidad?

82 8 0
                                    

Caminaba por la oficina de su ahora esposo como leona enjaulada. Su semblante era serio, apretaba la quijada, se removía el cabello una y otra vez, evidentemente no estaba para nada contenta sino todo lo contrario y los empleados ya comenzaban a murmurar cosas sobre el matrimonio de su jefe...

Pero a María Inés poco le importaban los comentarios sin fundamentos de la gente, ella solo quería ver a Alejandro para hablar con el. Le urgía hablar con el o se iba a volver loca o iba a golpear a la primera persona que se le pusiera enfrente. Estaba furiosa.

Sabía que tal vez estar tan enojada con el era una ridiculez, pero es que su mayor pesadilla había cobrado un gran realismo cuando entró a la empresa donde trabajaba su esposo y lo vió muy abrazado de una mujer de la misma edad de él.

AL: Ojos? —cerrando la puerta tras de si.
—Porque no me dijiste que venías? Comemos juntos?

MI: Que? Ahora te tengo que avisar cuando quiera venir a verte a tu oficina? —estaba a la defensiva y Alejandro lo notó de inmediato. La conocía tan bien.

AL: No, por supuesto que no. Tú puedes venir cuando quieras amor es solo que...

MI: Es solo que no querías que te descubriera pero que crees? Ya se te cayó tu teatrito!
—Alejandro frunció el ceño mirándola bastante desconcertado.

AL: De que hablas? No estoy entendiendo nada. Que hice?

MI: Y es que todo pasó tal cual como en mi sueño... —negó. —Esa fue la señal!

AL: Ojos, de verdad no te estoy entendiendo, que traes?

MI: Me viste la cara Alejandro!

AL: Explícate por favor...

MI: Es que yo te vi y la vi a ella!

AL: A quienes!? A mi y a quien!?

MI: Los vi a los dos! Los vi en mi sueño o más bien en mi pesadilla!

AL: María de verdad que no te estoy entendiendo nada... —dijo bastante frustrado por no saber que tenía su mujer. —Tu y yo nunca hemos tenido problemas de comunicación, tú siempre has sabido expresarte muy bien o dime, estás alucinando? Estás delirando? Te tomaste unas pastillas caducadas? Te estás drogando? —María Inés abrió los ojos como platos y negó dándole un manotazo en el pecho.

MI: Por supuesto que no!

AL: Entonces que te pasa amor?

MI: Es que yo sabía que esto iba a pasar, por eso tenía tanto miedo de casarme contigo...
—Alejandro la miró bastante asustado de pronto, pues pensaba que María ahora estaba dudando sobre su matrimonio y según él ese miedo ya lo habían superado.

AL: No puedes estar dudando de nosotros en este punto, yo...

MI: Tu! Tú eres un cínico! —interrumpiéndolo.
—En mi sueño yo aparecía de pronto aquí y te encontraba abrazada a una tipa de tu misma edad y luego tú me dejabas por ella!

AL: Todo esto es por un sueño tuyo? —negó alzando la vista al cielo. —Las mujeres son un caso serio dios mío!

MI: No! Lo que pasa es que hoy cuando entré a la empresa te vi abrazado con una mujer de tu misma edad tal y como pasó en mi sueño!
—Alejandro quería reírse pero aún apreciaba su vida.

AL: No puede ser cierto... —niega.

MI: Claro que es cierto!

AL: Y esa es tu "señal"!? O sea ya solo estás esperando que te deje por esa mujer como en tu sueño!?

MI: Quizá mi sueño fue una señal de Dios para abrirme los ojos! —y ahí ya no pudo soportarlo más, Alejandro soltó una carcajada. —Te estás burlando de mí!? —María comenzó a golpearlo con sus manos haciendo que Alejandro riera más. —Yo te dije! Te lo dije Alejandro! Te dije que no jugaras conmigo porque no lo soportaría! —y entonces dejó de golpearlo para romper en llanto.

AL: María discúlpame pero es que es ridículo!
—dijo posando sus manos sobre sus hombros.
—Como vas a ponerte a hacerle caso a un sueño!? Es absurdo!

MI: Y lo que vi al entrar a la empresa!?

AL: Estaba abrazando a una compañera de trabajo porque se murió su mamá pero nada más! No te estoy siendo infiel con una mujer más joven. —dijo abrazándola. —Estaría completamente loco si te hiciera esa bajeza, si contigo lo tengo todo ojos.

MI: Estás seguro? Porque se supone los sueños se cumplen eh... —Alejandro rió negando y le dió un beso en la frente.

AL: Pero es que esto no fue un sueño mi amor, esto fue una pesadilla. —ríen.

MI: Definitivamente si. —negó.

AL: Yo jamás jamás jamás la dejaría señora... primero me mato. —dijo dándole un beso en los labios alejando así sus dudas y sus miedos innecesarios.

Desde mis ojos (capítulos únicos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora