"Te amo, pero no me caso"

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Miles de dudas se estaban agolpando de pronto en ella. Cuando Alejandro recién le dijo que si se casaba con el, Maria brincó de la felicidad y le dijo que si. Pero ahora que ya era un hecho, que ya estaba divorciada de Ignacio legalmente y que ya nada los detenía para contraer matrimonio algo dentro de ella la hacía no querer casarse realmente...

Mordía sus labios mientras pensaba en todos los contras que habían entre ella y Alejandro. Al final llegó a la conclusión que no se casaría con el... lo amaba con todo su corazón pero después de estar casada veintisiete años, necesitaba tiempo para redescubrirse a sí misma en otra faceta dentro de su casa.

Podía sonar muy egoísta de su parte pero tampoco era que quisiera a Alejandro fuera de su vida, no, simplemente no quería volver a casarse. No tenían porque terminar su relación pero seguramente Alejandro no lo iba a tomar nada bien...

María Inés suspiró levantándose de su cama, se puso la bata y salió de su habitación...

Vio el piano tan solitario y decidió sentarse a tocarlo un rato. No lo hacía con frecuencia pero sí le gustaba hacerlo, y lo disfrutaba bastante.

Sus dedos se movían con ligereza sobre las teclas del piano. Ella tarareaba una canción sintiéndola muy adentro... en ese momento entendía más que nunca a su hijo, Andrés, cuando le decía que la música también ayudaba a sanar.

Estaba tan entretenida tocando que ni siquiera se dio cuanto que llamaban a la puerta... tuvo que abrir Elvia pero tampoco se atrevió a interrumpir el "concierto" que estaba dando su patrona, ni siquiera porque se trataba de Alejandro Salas...

Incluso el mismo le había dicho a Elvia que no hiciera nada que pudiera interrumpir a María. El adoraba verla cuando se comportaba tan ella, cuando simplemente se dejaba ser...

María Inés dejó de tocar cuando se acabó la canción. Sintió lágrimas rodando por sus mejillas y suspiró apoyando su cabeza entre sus manos. Alejandro simplemente la observaba aún sin hacer acto de presencia, pero se dio cuenta que algo no andaba bien con ella...

Decidió hacerse notar cuando María Inés rompió en llanto sin poder controlarse más...

AL: Ojos...

Se sorprendió bastante al verlo ahí. No sabía hace cuanto había llegado pero tampoco hizo por preguntarle. Ella simplemente se dejó abrazar por el mientras lloraba en su hombro. Quizá no lo merecía... Alejandro no merecía que lo usara como paño de lágrimas cuando ella estaba así porque ya no quería casarse con él...

MI: Perdón... —dijo entre sollozos.

AL: No me pidas perdón por llorar María, por dios. —pero ella le estaba pidiendo perdón más bien por no querer casarse con él... —Que pasa? Que tienes? Que te hicieron amor? —estaba más que preocupado por ella y María no le decía nada de lo que le pasaba.

MI: Es que... no se como decírtelo... —Alejandro la miró con cierta ternura y le limpió las lágrimas que rodaban por sus mejillas, aunque en vano pues no dejaba de llorar, y ya comenzaba a preocuparse bastante.

AL: Pues como es no? —dijo bromeando un poco para intentar bajar la tensión de la situación.

MI: Es que... —negó pellizcándose el puente de la nariz.

AL: Amor, me estás preocupando mucho... por favor dime qué pasa? —María lo miró con cierta duda. Sabia que tenía que decirle su sentir pero tampoco quería lastimarlo y menos perderlo. —Porque lloraste de esa manera?

María negó y se levantó. Tenía que agarrar valor para hablar con él. Alejandro la siguió y se posó detrás de ella acariciando sus hombros...

AL: Ojos...

MI: Es muy difícil para mi decirte esto Alejandro pero...

AL: Ya no te quieres casar conmigo. —dijo de repente desconcertando mucho a María. La cual volteó a verlo de inmediato pensando en lo que Rosario le había dicho alguna vez: "amo tanto a Francisco y se que él me ama a mi con la misma intensidad. A veces pienso que somos uno mismo y que hasta puede leer mis pensamientos más recónditos" quizá lo mismo le pasaba a ella con Alejandro... —Si es eso, verdad? —notaba la mirada dudosa de María, pero ella no le decía nada, no se atrevía.

MI: Alejandro... —no podía aceptarlo frente a él.

AL: Háblame con la verdad ojos, por favor. —y la ternura con la que él le habló le dio el valor necesario para decirle la verdad...

MI: Te amo pero no me caso...

AL: Ya lo veía venir...

MI: Cómo?

AL: Hace unos días leí un artículo en casa de Paulina donde decía que las mujeres recién divorciadas necesitan y quieren tiempo para vivir solas, sin un hombre al lado al que tienen que atender, aunque ese hombre las apoye y las ayude en todo lo doméstico... tú viviste veintisiete años al lado de un hombre que no hacía más que exigirte así que uni todas las piezas y... puedo entenderte mi vida, de verdad que si.

María jamás se esperó esa reacción por parte de Alejandro, y menos que la entendiera...

MI: O sea que no me odias? —Alejandro rió negando.

AL: Yo te amo ojos, TE AMO. —ella sonrió sintiendo un peso menos de encima.

Claro que la iba a entender... si se trataba de Alejandro Salas, el hombre que parecía haber sido escrito por una mujer.

MI: Y... aún me quieres en tu vida?

AL: Ya te lo he dicho... tú nunca te vas a librar de mi ya. —y entonces la abrazó fuertemente por la cintura y ella lo abrazó con la misma fuerza. —Tómate todo el tiempo que necesites mi amor...

Desde mis ojos (capítulos únicos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora