Madrugada

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María se removía inquieta en la cama. No soportaba el calor que estaba haciendo en Cuernavaca, los aires acondicionados se habían descompuesto, no se daban abasto con los ventiladores y para rematar Alejandro la tenía abrazada. Despertó y se soltó de su agarre logrando despertarlo...

AL: Qué pasa ojos? Se metió un ladrón?

MI: Estás loco? Por supuesto que no!

AL: Entonces que te pasa? —le preguntó tallándose los ojos.

MI: Me estoy muriendo de calor!

AL: Al menos tenemos un ventilador.

MI: No da abasto Alejandro! —dijo comenzando a ponerse de mal humor.

AL: Y si abrimos la ventana? —dijo levantándose de la cama.

MI: Se meten los mosquitos. —haciéndose aire con la mano. Alejandro rodó los ojos.

AL: Solo intento darle soluciones señora.

MI: Busca soluciones viables Alejandro. —dijo sentándose en la cama. Al moverse, su corto camisón se le bajó un poco logrando así que su escote se notará más.

AL: Tengo otra solución... —dijo acercándose peligrosamente al filo de la cama.

MI: Cual es? —notando esa mirada cargada de deseo en Alejandro.

AL: Pues mire señora Maria... —dijo agarrándola de los pies.

MI: Alejandro... —advirtiéndolo de que no hiciera una locura.

AL: Solo quiero enseñarle mi solución para este horrible calor... —y sin más la jaló de los pies haciéndola quejarse y reír.

MI: Está usted loco señor Salas! —dijo riendo.

AL: De amor por usted... —ella le sonrió completamente enamorada.

>>+18>>>Alejandro besó sus pies con total adoración y entonces comenzó a acariciar sus piernas provocándola. Ella lo miraba completamente cautivada. Alejandro subía y bajaba sus caricias por sus suaves piernas, la jaló un poco más hacia él y le abrió las piernas quedando él entre ellas. Le sonrió maliciosamente y se agachó para quedar a una buena altura. Besó sus pies, sus piernas, sus muslos, hasta llegar a su zona. María ya comenzaba a respirar agitada al sentir a Alejandro allá abajo. La besó delicadamente por encima de su pantaleta y entonces se deshizo de ella dejándola así al desnudo, a completa merced de él. Dio un par de besos allá abajo y la escuchó jadear, sonrió y entonces se sumergió por completo en su sexo. La disfrutaba, la devoraba y la hacía gemir, sintiendo como ella se retorcía de puro placer en la cama.

Al sentir que ya estaba a punto de liberarse, comenzó a acariciarla con sus dedos mientras seguía trabajando con su boca. María gemía sintiendo que estaba en la gloria, Alejandro aumentó el ritmo de sus movimientos y entonces la escuchó liberarse con un gran grito.

AL: Ayudé en algo? —María rió intentando recuperarse del momento.

MI: Ahora me dio más calor...

AL: Déjemelo a mi otra vez... —dijo comenzando a desnudarse.

María rió dejándose quitar el corto camisón por Alejandro. Él la besó con total pasión recostandola bien en la cama y entonces se hundió en ella comenzando el vaivén de movimientos...>>>

AL: Y ahora qué tal? No! No me digas que sigues teniendo calor porque me dejaste muerto. —María rió dándole un manotazo en el abdomen.

MI: No seas ridiculo! —dijo levantándose de la cama. —Ahora tengo sed fíjate. —dijo entrando al baño.

Desde mis ojos (capítulos únicos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora