Feliz Cumpleaños

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Era su cumpleaños y se suponía que debía estar feliz, incluso sus hijos se habían puesto de acuerdo para pasar todo el día con ella y claro que le daba gusto tenerlos en casa y más en ese día tan especial pero aún así no estaba feliz del todo. Le hacía falta él.

El año pasado nadie se acordó de su cumpleaños, nadie más que él, y hasta se había despertado con la hermosa sorpresa de que le había mandado un hermoso arreglo floral, pero ahora lo único que la había despertado aquel día había sido una llamada de Ignacio para felicitarla, cosa que le sorprendió mucho pues ni siquiera cuando estaban casados la felicitaba tan gustoso y alegre como esa vez. Habían aprendido a llevarse bien con el paso del tiempo y a limitarse a ser amigos nada más así que tal vez no debería estar tan sorprendida por la felicitación de Ignacio tan temprano.

De pronto escuchó risas en la planta baja y no pudo evitar sonreír. Sus hijos podían ser ya unos adultos pero nunca dejarían de comportarse como niños pequeños, incluyendo a su yerno y a su nuera. Suspiró y se levantó de la cama yendo directamente hacia el baño.

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Lo había pensado mucho, había pensado en mandarle un detalle o decirle a Paulina que si podía comprarle algo bonito para que se lo diera de su parte pero llegó a la misma conclusión de siempre... ella no quería saber nada de él, así que mejor optó por no regalarle nada.

Sonrió con pesar al recordar lo bien que la habían pasado en su cumpleaños anterior y se limitó a mandarle sus buenos deseos. Ojalá que sus deseos le llegaran por telepatía o algo así porque tampoco iba a llamarla, pensó él. Ella había sido muy clara cuando decidió no casarse con él y dejarlo, así que no la iba a molestar, además que temía ser rechazado por ella.

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MI: No saben el gusto que me da tenerlos a todos aquí. —dijo María Inés siendo abrazada por su hijo.

AN: A nosotros nos da gusto estar aquí hoy, en este día contigo mamá. —dándole un beso en la mejilla a su madre.

AD: Ya te debíamos un día completo solo para ti ma...

NI: En ese caso mejor la hubiéramos dejado sola para que se relajara, nos tiene metidos aquí todos los días señora. —todos rieron por la ocurrencia de Nicolás y María Inés negó.

MI: Por dios Nicolás. —niega. —No me molesta eh, me gusta tener la casa llena aunque nada más vengan de entrada por salida todos los días... Adriana y tú solo vienen a dejar a mi nieta y luego para recogerla, o vienen simplemente cuando necesitan algún libro. Andrés e Ivana solo vienen cuando necesitan ayuda con ciertas labores domésticas... —todos rieron menos Ivana. Andrés besó su mejilla abrazándola a él. —Y no es reclamo eh, yo con gusto te enseño a planchar, a cocinar, a limpiar...

IV: Gracias señora. —dijo riendo levemente.

MI: Y Moniquita...

AN: "Moniquita"? —dijo interrumpiéndola. —Enserio ma?

AD: Ya está bastante crecidita "Moniquita" no?

MO: Son unos celosos! —les sacó la lengua a sus hermanos como niña pequeña y abrazó a su mamá.

MI: "Moniquita" solo viene cuando tenemos juntas importantes para tratar asuntos del vivero.

NI: Bueno pues entonces nos va aguantar todo el día. —ríen.

MI: Por mi está muy bien.

AN: A ver si dices lo mismo mañana eh...

MI: Mañana? Mañana porque?

Desde mis ojos (capítulos únicos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora