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Al día siguiente, Toji desapareció

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Al día siguiente, Toji desapareció.

No supo en qué momento el calor de su cuerpo se ausentó, pero por la mañana él ya no estaba a su lado. Pensó que lo encontraría en la planta baja, disfrutando del delicioso desayuno cuyo aroma impregnaba toda la casa, pero solo halló a la pequeña familia sentada en la mesa. Cuando preguntó por Toji, Shiu simplemente le informó que se había ido hace unas horas.

Se sintió confundida. ¿Él no la había dejado ahí sola, verdad? Se aferró a la idea de que probablemente había salido a dar un paseo para estar solo, y ese pensamiento la calmó un poco. Hubiera seguido así si, después de un par de horas, Toji hubiera regresado. Pero nunca lo hizo, y la impaciencia comenzó a invadirla, mezclándose con una creciente tristeza y molestia.

Revisó su celular, le había enviado un mensaje en cuanto se enteró de que había salido, pero ni siquiera le llegaban. Ahí, con un solo visto, estaba plasmado:

Yura:
Toji ¿Donde estas?

— Yura, voy saliendo ¿Quieres que te deje en tu casa? — preguntó Shiu mientras se colocaba el abrigo.

— Si, por favor.—

Ya no podía seguir esperando a Toji, necesitaba ir a casa pronto. Tal vez lo encontraría allí, o al final del día él regresaría con esa seria mirada en su rostro como era costumbre verlo, o quizás con una sonrisa sarcástica, burlándose de ella por preocuparse tanto.

Era evidente que Yura estaba inquieta por la ausencia de Toji, no paraba de mirar su celular o de ver con disimulo por la ventana, como un perro ansioso esperando a su dueño. Shiu no pudo ignorar su preocupación y decidió decir algo para ayudarla.

— ¿Toji no contesta aún? — preguntó. Ella negó con la cabeza. — Déjalo, él es así. Aparece y desaparece por días o semanas cuando le da la gana, seguramente se ha tomado unas vacaciones. Pero, ¿te doy un consejo? — Shiu se giró hacia ella y se acuclilló para quedar a su altura, pues ella estaba sentada en el sofá. — Él está bien, déjalo ser. Es un alma solitaria, no ganas nada preocupándote por él.—

Su mirada se clavó en Yura. La muchacha era joven, y él veía en ella el reflejo de su propia hija cuando creciera. No le gustaría que su hija pasara por lo que fuera que Yura estaba atravesando. De joven, Shiu Kong había sido un desgraciado con las mujeres, hasta que se enamoró y tuvo una hija, lo que cambió mucho su perspectiva. No toleraría que un imbécil tratara a su hija como él había tratado a las mujeres en el pasado, ese imbécil se ganaría tres balazos en la cabeza si llegara a enterarse.

Además, no entendía por qué Toji estaba con una chica doce años menor que él. No estaba seguro de qué tipo de relación tenían, pero le preocupaba que, en su ilusión, Yura se aferrara a Toji y terminara con el corazón roto por lo duro que podía ser Zenin. Yura no era mala chica, se le notaba y le había agradado. Así que, quería hacer su buena acción del día, por muy pequeño o grande que fuera el cambio que lograra hacer.

Fuzzy Destiny  | Toji Fushiguro | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora