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Bendito sea el deseo de sentir tu cuerpo, el mismo que se quedó grabado en mi memoria y se reproduce sin parar en mi mente

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Bendito sea el deseo de sentir tu cuerpo, el mismo que se quedó grabado en mi memoria y se reproduce sin parar en mi mente.

— ¿Que hiciste, qué? —

— Usami no supe que hacer, me quedé dormida y cuando desperté por la mañana salí corriendo de su casa. Yo como persona racional y sobria no tengo el valor de verlo a la cara y hacerle frente.—

Era un hecho, estaba en un conflicto interno moral conmigo misma por todas las cosas que pasaron esa noche, la vergüenza se apoderó de mí después de la maldita cruda moral. Lo que dije e hice se repetían en bucle sin poder detenerlos. Solo existía una frase que permanecía latente en todo momento.

"¿Por qué lo hiciste?"

Existe una delgada línea entre las fantasías sexuales de mis sueños y llevarlas acabo, pero cruce esa línea y me hundi cuando intente seducir al pecado encarnado, al final él me atrapó entre sus redes y termino por seducirme a mí. Me había dejado llevar por el lado más primitivo del YO.

— No es posible.— me miraba sin poder procesar lo que le acababa de escuchar — Cuéntame más a detalle.—

— No entiendo.— dije exhausta — ¿Que más quieres que te diga? Ya te lo dije todo.—

— Tonta, dime como folla ¿Coge bien? — mi labio inferior cayó por la sorpresa, su mirada insistente se clavó en mí esperando atentamente una respuestas — Vamos dilo.— canturreó y tras una lucha de miradas solté un pujido de frustración.

— El maldito coge como un Dios.—

Habían cosas en la vida que no se podían negar.

Mi cuerpo magullado lleno de mordidas y chupetones era la evidencia clara de que Toji había tomado mi cuerpo a su único antojó y placer. Mi cuello, hombros, pechos, caderas, piernas y entrepierna, todo lleno de marca como si una bestia hubiera arrastrado mi cuerpo hasta su mundo de lujuria, me tomó y lo dejo escrito en mi piel.

La pasión desenfrenada de la noche anterior quedó grabada a fuego en mi memoria y en mi piel; las caricia, los gemidos, el va y ven, todo. Las escenas las repetía en mi memoria en secreto logrando que un escalofrío recorriera mi espalda y me hiciera estremecer.

— ¿Y la tiene grande? —

— ¡Usami! —

— Joder.—

— ¡Sí! La tiene putísimamente grande y gorda, ya no quiero hablar más del tema ¿okei? — hizo un gesto de victoria mientras que yo moría de vergüenza, podía sentir mis orejas arder como nunca.

— Yo creí que ibas a tener sexo con Satoru ayer, no con tu vecino.—

— Con Gojo fue todo muy bien pero... — el tintineo de la puerta al abrirse llamo mi atención — Disculpe ya vamos a cerrar.— me quedé callada y totalmente helada cuando vi a Toji entrar a la tienda. Una ola de calor me golpeó en el rostro y el sudor se deslizó por mi frente.

Fuzzy Destiny  | Toji Fushiguro | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora