Un fantasma en una tierra extraña

Capitulo 12: Orleans 1

Kratos entró y salió de su habitación en un instante. Había poco que necesitaba recuperar: llevaba su armadura como algo natural, y ni su hacha ni su lanza se apartaron de su costado. Eran solo las Espadas del Caos las que quedaban en su habitación la mayoría de los días; solo las sacaban para sesiones de entrenamiento con Cu Chulainn, y solo Cu Chulainn. Mash todavía estaba demasiado verde para enfrentarse al Fantasma de Esparta, incluso aunque él se contuviera.

Porque eso es lo que era, en lo que se CONVIERTE cuando las tuvo en sus manos con la intención de quitarse una vida, por todo eso intentó dejar ese título atrás.

Pero ahora, cuando Ragnarök pasó de ser una amenaza inminente a una inmediata, los Blades serían necesarios. Cualesquiera que fueran las amenazas que les acechaban en el pasado, él las enfrentaría completamente armado.

Cu, Medusa y Mash lo estaban esperando en el pasillo afuera de su habitación, Mash había depositado sus materiales de enseñanza en su habitación, ya que habían venido aquí directamente desde los archivos. Cu le estaba diciendo algo a Medusa, algo a lo que ella dejó de prestarle atención cuando Kratos salió de su habitación, y ella dio un paso atrás involuntariamente, con los ojos muy abiertos detrás de la venda de sus ojos.

"¿Qué... qué SON esos?" Se deslizó hasta la espalda de Kratos y miró fijamente a los Blades. "Tu hacha vibra con el frío poder extranjero, pero esos..." Ella olfateó. "Huelen a... hogar. Y... fuego... y..." Su frente se arrugó.

Cu se rió. "¡Te lo dije! El hombre tiene una carta de triunfo MUY desagradable en esas espadas".

Medusa estaba empezando a formular otra pregunta cuando Kratos la interrumpió. "Más tarde. Nuestro enfoque ahora es la Singularidad. Su historia puede esperar para otro momento".

No perdió más tiempo conversando, siguiendo a Mash hasta la cámara de mando, con Cu y Medusa siguiéndolo.

La sala estaba llena de actividad cuando llegaron, los técnicos moviéndose de un lado a otro, la mayoría encorvados sobre sus áreas de trabajo o acurrucados alrededor de los grandes "ataúdes" de metal que albergarían sus cuerpos mientras sus espíritus eran enviados al pasado.

Da Vinci saludó con la mano cuando entraron, indicándoles que se acercaran a donde ella estaba junto a Romani, quien estaba sentada en lo que Kratos asumió que era la estación de comando; tenía vagos recuerdos de Romani en ese mismo asiento cuando llegó por primera vez a Chaldea.

Se preguntó distraídamente si allí habría estado Olga Marie si la niña hubiera sobrevivido a la ciudad en llamas.

Si Da Vinci normalmente estaba lleno de energía, hoy parecía como si su piel apenas pudiera contenerla. "Maravillosamente rápido, como siempre Kratos. ¿Listo para poner este espectáculo en marcha?"

Kratos gruñó. Si bien había apreciado el tiempo que le habían dado para aclimatarse a este extraño mundo en el que se encontraba, los días de inactividad habían comenzado a irritarlo; su temperamento sólo se vio mitigado por el hecho de que no se podía hacer ningún movimiento verdadero hasta que se hubiera creado una Singularidad. sido correctamente ubicado.

Pero ahora lo había sido, y podía dar el primer paso en el largo viaje que, al final, lo reuniría con su mundo.

(Extrañaba a Atreus. Sólo esperaba que el niño no hubiera regresado para encontrar a su padre desaparecido, y nadie con idea de qué había sido del antiguo dios de la guerra. Kratos estaba preocupado por las medidas que su hijo podría tomar para encontrar a su padre en ese lugar. La situación había crecido en muchos sentidos, pero el chico todavía era capaz de cometer acciones muy imprudentes en ocasiones.)

"Entonces, ¿hacia dónde nos dirigimos?" preguntó Cu.

Romani levantó la vista de la pantalla; su escritorio estaba lleno de vasos de papel, algunos todavía medio llenos de líquidos que hacía tiempo que se habían enfriado. "Francia, 1431 d. C.: lamentablemente, uno de los períodos activos de la Guerra de los Cien Años. Pero si buscas desestabilizar el curso de la historia humana, no lo harás en una pausa". Él suspiró. "Esto probablemente será emblemático del tipo de zonas calientes en las que caerás en las otras seis Singularidades".