Un fantasma en una tierra extraña

Capítulo 19: Final de Orleans

Baldur dio un paso atrás: después de escuchar el verdadero nombre de Cu, sin duda estaba recibiendo información de toda una vida sobre el sirviente irlandés directamente en su cabeza, y estaba siendo cauteloso mientras la procesaba.

Cu rebotaba sobre las puntas de sus pies, la energía frenética prácticamente salía del Servant.

"¡Kratos!" La sonrisa del celta era lo suficientemente amplia como para casi partirle la cara en dos. "¡Antes de comenzar, tengo tres favores que pedirte! Uno, ¿puedo conseguir un préstamo?"

Extendió la mano derecha y movió el dedo medio, como si su significado no hubiera quedado inmediatamente claro. Sin dudarlo, Kratos sacó a Draupnir de su dedo y se lo arrojó a Cu, quien lo agarró del aire y lo deslizó en su dedo, en un solo movimiento. Un segundo después, Draupnir estaba ansiosamente agarrado en sus manos.

"¡Mucho mejor!" exclamó, haciendo girar la lanza en su mano, casi inconscientemente. "Nunca fue mucho para las dos armas, eso siempre fue más cosa de Diarmuid, pobre bastardo desafortunado. Pero a él le va bien, lanzas o espadas, y tendré que hacer lo mismo, o de lo contrario se burlará del "Me cagaré cuando regrese al Trono".

Golpeó el trasero de Draupnir contra el suelo. "Los próximos dos te quitarán algo de confianza. Dos: ve a ayudar a Mash".

Se enfrentó a la mirada de Kratos con una mirada de pura confianza. "Tengo esto. Y sabes que nuestra linda y pequeña estudiante necesita apoyo más que yo. Ve, sálvala y regresa aquí; estoy bastante seguro de que habrá mucha pelea cuando lo hagas".

Kratos gruñó en voz baja, pero sabía que Cu tenía razón. Podía sentir el miedo y la desesperación de la niña a través del hilo en su cabeza. Y, en verdad, era poco lo que PODÍA hacer contra Baldur.

Sin embargo, eso no significaba que le gustara.

"¿Y el tercero?" preguntó.

"Este probablemente te molestará más que los otros dos; no quiero correr ningún riesgo aquí, así que voy a hacer todo lo posible. Y para eso, quiero que me des un impulso. "Miró la mano de Kratos. "Del tipo que proviene de un Sello de Comando."

"No necesita ser nada en particular, ni siquiera NECESITA ser una orden, puedes simplemente pensar en darme un impulso. Pero si quieres, puedes simplemente decirme 'ganar' - se alinea perfectamente con lo que Estoy planeando hacérselo a este tipo de todos modos". Su sonrisa era todo dientes, afilados y salvajes. "Pero el maná extra REALMENTE me permitirá abrir mi bolsa de trucos, en caso de que este tipo tenga algunas cartas que ha estado sosteniendo cerca de su pecho".

Kratos vaciló. Esta Singularidad ya lo había llevado mucho más allá de los lugares en los que se sentía más cómodo. En unos dias,había hecho contratos con muchos más de estos espíritus de los que había previsto a lo largo de toda esta campaña, y en al menos dos casos, con individuos que nunca habría imaginado tampoco.

(A pesar de que su contrato con Avenger había sido un error, o más correctamente, un malentendido, y el hilo de ella era como una astilla en su mente, no había disuelto el contrato).

Ahora, le pedían una cosa más. , un paso más hacia un lugar donde no estaba seguro de en qué podría estar convirtiéndose. Aquí estaba él, una vez más al mando de soldados en una guerra; soldados a los que podía, si así lo deseaba, controlar total y completamente, independientemente de cuáles hubieran sido sus deseos o voluntades. Que estos espíritus estuvieran dispuestos (en algunos casos, ANSIOSOS) a jurarle juramento no hizo que se le erizara menos la piel.

Pero, al mismo tiempo, recordó las palabras que este hombre le había dicho, lo que parecía haber sido hace años.

( "Así que creo que debes enfrentar esto de frente y darte cuenta de que no te convertirás en 'él' en el corto plazo". )