𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒;𝐓𝐑𝐔𝐄𝐍𝐎

𝟎𝟖

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𝐂𝐚𝐧𝐝𝐞

Escuché que abrieron la puerta de la habitación y me destape la cara un poquito vi a Mateo entrar sin remera con un shorts deportivo de Boca y con el termo y el mate.

Se sentó en los pies de cama como indiecito y ahi se quedó callado sin decir nada mientras toma mate.

Me estire soltando una queja cuando mis huesos sonaron, él me miró y se acercó a mi dándome un piquito.

—hola novia— dijo jodiendo y me rei, desde que nos pusimos de novios hace un año me dice asi de ves en cuando.

—hola novio — le agarre los cachetes dándole un beso.

Nos separamos y mire el reloj de la pared que marca las ocho y media de la mañana, lo voy a matar, que hace un domingo despierto a las ocho de la mañana me explican.

—nunca más duermo con vos,chau— me di vuelta en la cama acomodándome para seguir durmiendo, escuché su risita.

Senti su peso sobre mi espalda y me queje.

—Sali mateo que sos pesado— me movi como un gusano para sacarlo de encima mio

—Abrazo de oso— dijo y me abrazo fuerte un poco más me asfixia

me di vuelta quedándome boca arriba acostada mirándolo

—es muy temprano para los abrazos de oso, ahora quiero dormir— dije cerrando los ojos y el se rió acostándose arriba mio.

—en este momento sos el osito cariñosito azul ese que siempre está de mal humor— dijo y me reí, siempre vemos "ositos cariñositos aventuras en quiéreme mucho".

—gruñoncito— dije el nombre del osito

—gruñoncita— habló y me miró riéndose.

Puse los ojos en blanco con una sonrisa

—Basta tarado,enserio quiero dormir— me queje sin poder moverme.

—bueno, gruñoncita. Dormi un ratito más que voy a comprar facturas y vengo— se paró agarrando el Mate y el termo que dejó en la mesita de luz.

—Mentiroso si la panadería no habré hasta las nueve, ¿a dónde vas a ir tan temprano?— hablé cruzandome de brazos y el me miró.

—A las ocho ya habre la panadería, estúpida— este se piensa que yo soy estúpida.

—sos un chanta vos, ¿quien va abrir a las ocho de la mañana,taradito?— proteste haciéndome la enojada.

ya se que la panadería de acá a la vuelta habré a las ocho de la mañana solamente lo quiero molestar.

—Bueno chau, me voy a comprar — salió de la pieza y yo le grite.

—¡No vuelvas sin las facturas porque te castro, palacios!— le grite y escuché su risa.

Pobre los vecinos que deben haber oído mis gritos pero bueno no es culpa mía que mi novio me haga gritar, se abrió de nuevo la puerta de la pieza y lo vi al ruliento acercarse a mi.

—beso— pidió tirándose arriba mio.

—¿Todavía no te fuiste? Que pesadilla que sos— proteste alejándome de él