𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒;𝐓𝐑𝐔𝐄𝐍𝐎

𝟏𝟒

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𝐂𝐚𝐧𝐝𝐞

—¿que te pasa?— escuché que me pregunto Mateo, lo mire y negué.

—nada— respondí mientras seguía caminando tomada de la mano de él.

Estiró su mano dándome vuelta y me abrazo por la cintura, pego nuestras frentes dándome un beso corto en los labios.

—algo te pasa, decime— hablo acariciando mis mejillas.

—me duelen los pies— murmuré avergonzada mirando mis zapatos de tacones.

Mateo me miró los pies y asintió, me agarró la mano llevando a un banco que habia en la vereda frunci el ceño cuando me hizo sentar y se dedicó a sacarme los tacones con cuidado.

—¿que haces?— pregunté viendo cómo se sentaba al lado mio

Se sacó sus zapatillas blancas y volvió a arrodillarse frente a mi, negue con la cabeza y corrí mis pies al darme cuenta que me quiere poner sus zapatillas.

—no que te vas a lastimar los pies, puedo aguantar un ratito más con estos— hable agarrando mis zapatos para volver a ponermelos pero me los saco de las manos.

—no que después te van a doler los pies peor, estamos a dos cuadras de casa no me voy a lastimar y si lo hago después me curo y listo— dijo poniéndome su zapatilla izquierda en mi pie ajistandome los cordones.

—Mateo— proteste

Hizo oídos sordos y cuando me puso sus zapatillas agarró mis tacones llevándonos en su mano izquierda y su mano derecha la abrió y cerro indicándome que le agarre la mano para irnos.

—dale amor vamos que se quiere largar a llover parece— dijo mirando el cielo, agarre su mano y me pare del banco.

Mientras caminamos hacia casa de la mano mire mis pies y me reí al ver qué sus zapatillas me quedan un poco grandes, me miró con una sonrisa.

—¿de que te reís?— preguntó abrazando mi cintura

—me quedan un poquito grande tus zapatillas — solte una carcajada haciéndolo reír también

—si pero b— intento hablar pero puse mi dedo índice en sus labios para que guarde silencio, me miró raro.

—shh— musite en voz.

Me di vuelta al escuchar un lloriqueo de un perrito al parecer pero todavía no lo puedo ver.

—¿Amor? ¿Que buscas?— me preguntó también mirando a nuestros alrededor

—se escucha como un perrito llorando— dije buscando al cachorro con la mirada

Me quedé en silencio de nuevo para escuchar, lo escuché y agarre mi celu para prender la linterna y alumbrar el lugar donde se encontraba.

—veni veni — le agarre el brazo a Mateo para que se acerque conmigo y mirar.

Nos acercamos despacito para que no tenga miedo y vimos a un cachorro color negro súper chiquito acostado sobre un trapo, este nos vio acercándonos a el y dio pasos hacia atrás asustado.