IX

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Touya Todoroki

— ¡Carajo! ¡Me volví a morir! — gritó Jin.

Twice murió al caer de un sitio demasiado alto.

— ¡Jajajaajajaj! — Keigo, Tenko y Suichi no tardaron en burlarse.

— Lo vi explotar en mil pedazos, le falló al Water drop... — intentaba aguantarse la risa Himiko Toga.

— Ya junté todo tu inventario. Hacete un tp que te devuelvo tus cosas. — intentaba animarlo Atsuhiro.

No puedo creer que me hagan jugar Minecraft.

— ¿Hay alguien cerca mío? Me están siguiendo tres zombies y dos esqueletos. — preguntó Keigo. Yo estoy cerca pero no voy a ir.

— Yo estoy con Spinner, y no tengo espada, así que olvídate. — respondió primero Shimura.

— Seguro quiere que vayamos para que nos maten y quedarse con nuestros diamantes. — explicó su teoría Iguchi, y no encuentro fallas en su lógica.

— Estamos del mismo lado, imbéciles. — bufó Keigo.

— Cerca tuyo está Dabi. — comentó Toga. Cómo lo supo no sé.

— Nop, yo estoy buscando vacas. — mentira.

— ¡Dabi! ¡Vení y sálvame, maldito! — gritó Keigo.

— No. —

— Me quedan dos corazones... ¡Ah! Ya te vi, estás cerca... — de la preocupación paso a la picardía.

Miré en todas direcciones hasta que lo vi. Venía corriendo esquivando flechas, con tres esqueletos, dos zombies y un creeper que lo seguían.

— ¡Nooo, andate! ¡Me van a matar por tu culpa! — huí de todos ellos.

En ese mismo momento, sonó mi celular. Una llamada de... Hanagaki.

— ¿A quién están llamando? — preguntó Jin.

— No sé, a mi no. — respondió Iguchi.

— ¡Esperen, hay que poner pausa! — les grité. No podía atender y dejar de jugar porque me iban a terminar matando.

— ¡Es un juego en línea tarado, como vas a ponerle pausa! — exclamó con enojo Shimura.

— Ya pareces mi mamá, Dabi. — se burló Iguchi.

— ¡Dabiiii queda solo un esqueleto! ¡Ay, me dio, hijo de puta! — Keigo seguía persiguiéndome.

— ¡Aaaah deja de seguirme me van a terminar matando, pollo hijo de puta! —

Me encerré con bloques de piedra para que no me maten y dejé a Keigo solo con ese esqueleto.

— ¡Puto de mierda me dejaste solo con el esqueleto! — gritó, escuché que le estaba disparando y a la vez mataba al esqueleto.

— ¡Jajajaja! Es más divertido ir a minear que plantar trigo. — se lamentó Toga, ella había quedado a cargo de la plantación.

— Cállense, voy a atender. —

No me mutie, no hice a tiempo. Me saqué el auricular de una oreja y atendí antes de que se corte la llamada.

¿Hola?

¿Todoroki? ¿Estás ocupado? — preguntó Hanagaki, algo preocupada.

Sabes que para ti nunca, linda. ¿Todo bien? ¿Ya estás en casa, no? — respondí.

Lost in those eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora