Lost in those eyes.

XI

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Todas las noches caigo en el mismo ritual
Sufro de insomnio siempre que no estás acá.
Tengo un bajón que no me deja ni pensar.
La vida que llevamos no es nada normal.
Somos ajenos en la alta suciedad.
Nos conformamos con muy poco la verdad.
Estoy tan loco, y poco a poco.
Caemos hondo.

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Touya Todoroki es el primer hijo del matrimonio arreglado de Enji y Rei.

Enji Todoroki se casó por obligación y beneficio con Rei Himura, cuando tenía 26 años de edad. La joven Rei apenas cumplió los 18 cuando Enji la desposó.

La familia Himura tenía mucho poder, y no solo adquisitivo, también terrenos y propiedades. Eran los jefes de una pequeña mafia, encargada de lavar dinero y algunos trabajos sucios.
La mamá de Rei murió a temprana edad por una enfermedad, y su padre ya era un hombre mayor, por lo que ella quedó como la única heredera de todo, no tenía hermanos ni hermanas.

Enji hizo un trato con el padre de Rei, donde le entregaba a su hija y la mitad de su poder. La otra mitad la conservaría el padre y cuando este fallezca quedaría en manos de Rei.
Digamos que no estaba en planes del pelirrojo manejar una mafia, el simplemente necesitaba el dinero que poseía la familia Himura, como abogado que era, necesitaba de ese dinero para crear su firma de abogados Todoroki.

Expandir su poder era su mayor ambición. Y no descansaría hasta lograrlo.

La mejor manera de obtener todo eso era a través del matrimonio, eso no le molestaba. Además, Rei era una jovencita muy bonita. De cabello blanco y ojos grises, bajita, delgada, piel blanca como la nieve, aunque aún no la había visto sonreír, ya le parecía hermosa.

¿Qué ganaría la familia Himura al unirse con Enji Todoroki? Sencillo, dejar a su heredera y todo su poder en manos de alguien confiable y que continúe con el trabajo.

El mismo día que hicieron aquel trato, Todoroki se llevó a su futura mujer hasta su residencia, una enorme mansión estilo japonés tradicional, en Shizouka. Le explicó que a partir de ahora, su papel era dar a luz a sus hijos, criarlos y ocuparse de la casa. Mientras el trabajaría todos los días.
Rei podía hacer lo que ella quisiese, podía salir con amigas, encontrar un pasatiempo, incluso si quería podía dedicarse a algo que le guste, siempre y cuando no descuide sus tres principales tareas.

Enji le aseguró a Rei que nunca le faltará nada, ni a ella ni a los futuros hijos. Le aseguró que el trabajaría hasta el cansancio para darle todo a su familia, para cumplir hasta con el más mínimo capricho de cualquiera de sus integrantes. Eso es lo que un hombre debe hacer.

Rei aceptó, digamos que no tenía opción, después de todo, su padre la vendió como una vaca gorda. Al menos sintió alivio de que estaba al lado de un hombre correcto, trabajador y que se preocupaba por ella. Podría haberle tocado un loco o algo así.

Hasta el momento que se casaron, Enji no se acercó a Rei de manera amorosa. Todos los días, le traía flores azules. Las favoritas de la jovencita. Le compraba ropa, joyas, todo lo que una mujer podría llegar a querer.
El plan del pelirrojo era enamorarla, así todo sería más sencillo.

Un día después de que Rei cumpliera sus 18 años, se casaron.
Fue una celebración sencilla, solo con las personas más importantes de su círculo social.