Lost in those eyes.

VII

Eimi Hanagaki

Un sonido algo molesto me hizo despertar.

Me encontraba algo perdida, pero muy cómoda y calentita.

Cuando abro los ojos me encuentro con... Todoroki, durmiendo a mi lado y abrazándome.

El sonido seguía insistiendo, era una alarma.

— Todoroki, creo que tu alarma... Todoroki... — intentaba despertarlo, lo movía suavemente.

— Cinco minutos más, quiero quedarme con Eimi cinco minutos más. — susurró dormido, apretándome fuerte contra el.

Me recordó a Touya. Siempre que teníamos que irnos de nuestro lugar seguro, el decía eso.

Le hice unas caricias y le volví a hablar.

— Creo que tienes que levantarte... Hoy trabajas desde temprano... — dije suavemente.

En ese momento, el abrió los ojos y me miró.

Ambos nos quedamos estáticos... mirándonos el uno al otro.
Estaba sorprendido, y se terminó sonrojando al verme tan cerca.

A propósito...

¿Qué hacía en mi cama con el?

— Emmm... — no sabía que decir. Aunque en realidad quería preguntarle que fue lo que pasó.

Todoroki al fin me soltó, y ambos nos sentamos en la cama.

— Ayer te quedaste dormida mirando la película y te traje a tu habitación. — comenzó a explicar. — Pero... no me soltabas, y me pediste que me quede... —

— ¿Solo... eso pasó? — pregunté. Que vergüenza si dije algo o hice algo fuera de lugar.

— No se por quién me tomas. Pero nunca te haría algo sin tu consentimiento. A nadie. — aclaró con seriedad.

No me refería a eso, además, no me lo tenía que aclarar porque confío en el.

— Lo siento, no quise insinuar eso... Me refería a... si dije algo dormida... o si hice algo dormida. — expliqué de mejor manera.

El ablandó su expresión seria para responder.

— Ah... No. Tranquila no hiciste nada raro. — respondió al fin.

Ambos seguíamos sentados en la cama, tapados hasta la mitad del cuerpo con las sábanas de unicornio de mi cama.
Y la alarma del celular de Todoroki seguía haciendo ruido.

— Creo que... debo ir a casa. — dijo después de un momento.

— Sí... Te acompaño hasta abajo. —

Todoroki se puso sus zapatillas y yo las pantuflas para bajar. También nos abrigamos ya que recién nos levantamos y afuera hace frío.

— Gracias por haberte quedado Todoroki, y perdón por no haberte soltado. — dije una vez que estuvimos en el exterior.

— No te preocupes. Me gustó pasar el día contigo ayer. — comentó con una sonrisa.

Se acercó más a mi, y me acurruqué entre sus brazos. Respiré el dulce aroma de su ropa, intentando retenerlo lo más posible.

Sus manos que se encontraban en mi espalda, subieron hasta mis mejillas, me hizo levantar mi rostro para que lo miré a el.
A su vez, Todoroki se agachó un poquito, llegando a tocar mis labios con los suyos.

Un corto beso, pero muy tierno.

— Cuídate, hablamos tarde. — susurró después del beso.

— Tu también Todoroki, que tengas un lindo día. —