Capítulo 4. El hachazo canalla.

35 8 26
                                    

Tras una dura jornada laboral, Fructuoso llega a casa. Se deshace de su ropa nada más entrar y va directo a la ducha. "A lavar mis pecados", piensa. Coge su esponja de lufa y se exfolia todo el cuerpo, especialmente sus partes pudendas.

—Ay —exclama.

Una vez sale, echa toda su ropa a lavar, desinfecta su móvil y se aposenta en su cama. "A dormir 47 horas", dice hacia sí mismo. Pero, justo antes de poner la alarma para el día siguiente, echa un ojo a las notificaciones. Era su paciente estrella, en sus MD de X. Reclamando su cita.

—Ay Dios, a ver qué le contesto —dijo Fructuoso en voz alta con la esperanza de que las ánimas del purgatorio le diesen consejo.

"Tengo que darle una respuesta, toda mi vida pende de un hilo, voy a perder mi trabajo y mi hombría a la vez". Fructuoso se incorpora en la cama, se ha puesto nervioso y su corazón ha vuelto a acelerarse. "Ya que no me queda otra, tiene que ser en un sitio en el que nadie piense cosas raras fuera de ser una simple reunión de amigos muy machos".

"Mañana tengo quirófano de tarde, podemos ir a cenar al hachazo canalla"

"No homo, bro"

"Hablamos del tema pero sin maric*nadas"

"Creo que he sido muy correcto, espero que no se ofenda ni nada", piensa dejando el móvil en la mesilla y volviendo a tumbarse sobre su masculino lecho.


Nicanor, por su parte, pega un salto al escuchar la notificación de su móvil con la contestación de Fructuoso. La ilusión invade todo su cuerpo a medida que lo va leyendo. "Qué gracioso es, si hasta tiene tiempo para el humor", piensa al observar los mensajes que su doctor le ha enviado. Porque en ningún momento se le pasa que los comentarios negando su homosexualidad pueden ser lo que Fructuoso piense de verdad. Obviamente, para Nicanor, Fructuoso tiene un humor muy fino, irónico e inteligente, que para eso es médico y debe ser muy listo.

Así que procede a contestar en menos de una milésima de segundo. No puede mostrar ni una pizca de interés, tiene que notarse que tiene muchas ganas de ir al Hachazo Canalla ese o como se llamase.

"¡¡Vale uwu!! Voy a buscarte al hospital y vamos!!"

"¿Y qué será eso del Hachazo Canalla?", piensa tras enviar la contestación. Así que, como bien sabe hacer, lo mira en Internet para salir de dudas.

—La nueva cadena de comida más gamberra. Atrévete a sacar tu lado salvaje en El Hachazo Canalla. —Lee en voz alta mientras mira las fotos que ilustran la cuenta de instagram del sitio en cuestión.

"Hmmm, un sitio donde se come carne casi cruda y en vez de cortarla con un cuchillo, la cortas con un hacha... Interesante", piensa.


"No, al hospital no, mejor al callejón oscuro que hay al lado donde no nos vea nadie, prefiero intimidad por favor", responde Fructuoso nada más levantarse y ver la respuesta a su mensaje. El sol amanecía de nuevo, efectivamente había dormido 47 horas.

"Donde me he metido"

Sin darle más vueltas, se levantó de la cama y comió unas galletas. Tenía el estómago revuelto de pensar en el duro día que tenía por delante. Una larga jornada mal pagada en quirófano y una cita con el twink friki de los cojones como colofón.

"Al menos voy a cenar cochinillo de puta madre".


Cuando lee la respuesta de Fructuoso, Nicanor se sonroja y se emociona a partes iguales. No solo están manteniendo una conversación fluida, sino que además le está proponiendo quedar en un callejón, con todo lo que eso conlleva. No cabe en su gozo y responde en menos de una milésima de segundo.

Hospital GenitalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora