El Otro Hermano

Epilogo

Tres meses después

Nuna sentía que conforme iba pasando los días cosas cambian dentro de él, había ido a Tailandia porque allí vivía su abuela y quería establecerse en el país donde su padre creció. Fue a esa casa con la intención de trabajar como chofer de señor Panich y ahora estaban en una relación que no sabía si se le podía llamar así. Era un hombre encantador, eso no lo podía negar, sus besos y sus caricias lo hacían sentir también que su cuerpo se volvía una gelatina en sus manos. Todavía no habían cruzado esa línea de intimidad. Pero no creía aguantar mucho si Zee seguía comportándose de forma tan maravilloso cada vez que estaban juntos. Estaba viviendo bajo el mismo techo Pero dormían en habitaciones separadas. Zee desayunaba en la mesa del comedor mientras él veía el álbum de fotos de Nunew desde que era niño hasta después de grande. No creí que las cosas fueran a funcionar. Ese persona no era el, no supo cómo acepto esa locura, él tenía sus recuerdos de su niñez junto a sus padres. Ni siquiera conocía a ese hombre que estaba al lado de Nunew en la foto.

— ¿Puedo preguntarte una cosa? —Murmuro cerrando el álbum, ¿Que va a pasar si al final resulta que fue soy una simple coincidencia y terminas decepcionándote de que no sea esa persona que amas?

Zee dejo de comer y lo miro sin evitar sonreír. Durante esos tres meses en los que habían convivido juntos estaba más que seguro ahora que ese joven era Nunew, no simplemente por su físico, sino porque su corazón empezó a latir de nuevo desde el primer día que lo vio. Sentía que la felicidad y la tranquilidad habían vuelto y eso lo podía sentir al lado de Nunew sabía que era una locura y que cualquiera también lo creería. No pedía que cambiara su vida por completo, solo que no se alejara de su lado.

— ¿Te disgusta estar cerca de mí? ¿Qué te toque? — ¿Cómo te sientes a mi lado Nuna?

—Sería una mentiría si te dijera que no me siento bien, Pero esto solo sería una reacción mía, de que me guste a mí y no porque sea Nunew —expreso confundido, —me gustas; me gusta mucho. Pero creo que esto no va a funcionar y no es justo que te haga ilusionar haciéndote creer otra cosa.

No era fácil de aceptarlo y sus amistades tambien creerían que se estaba volviendo loco, por estar tanto tiempo solo aferrado en solo amar para siempre a una persona que murió dieciocho años atrás. ¿Pero cómo les explicaba ese sentimiento tan grande que su corazón tenia hacia ese joven? Estaba más que seguro que no era porque quería desesperadamente engañarse haciendose creer que era Nunew.

— ¿Te quieres ir ¿ — inquirió tratando de controlar sus emociones al ver el rostro confundido del más joven. —Yo no te puedo detener si eso lo que quieres. —Esto último lo pronuncio con mucho dolor en su corazón —Eso fue lo último que le hice a Nunew, lo deje ir y las consecuencias fueron terribles. La vida me castigo confinándome a la soledad, eres libre de irte de la casa cuando tú quieras.

Se levantó de la silla y desapareció de la vista de Nuna sin mirarlo una sola vez. No le gustaron las palabras de Zee, estaban llenas de mucho dolor y en parte era su culpa, durante esos tres meses fue muy bueno con él, era un hombre perturbado por la tristeza de haber perdido al amor de su vida. Como fuera deseado querer ser Nunew y sustituir toda esa tristeza que albergaba el alma de Zee. Busco su pequeño bolso y metió toda su ropa, su abuela tenía un conocido que quería que cuidaran su apartamento por dos semanas y él se ofreció en cuidarlo mientras buscaba un trabajo. Busco una papel y un lápiz y escribió una nota a Zee.

Lamento mucho no poder ser esa persona a la cual amas mucho. Gracias por ser tan bueno conmigo durante estos tres meses, pero es mejor que no siga ilusionándote de que soy Nunew. Cuando yo estoy vivo y el desgraciadamente está muerto. Solo espero que algún día pueda encontrar la felicidad que se merece, con una persona que cure su dolor y lo haga volver a sonreír, tiene una sonrisa muy hermosa Señor Panich, cuídese por favor.