Capitulo 6: Nuevos Problemas

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Estaban desnudos uno en frente del otro bajo la tenues luz de la habitación, Nunew se encontraba debajo del cuerpo de Zee sintiendo su piel contra la suya y lo excitado que estaba. Por más que trato, su corazón se agito y los nervios recorrieron su cuerpo. Lo que iba hacer era una completa locura se repitió una y otra vez. Zee beso su frente con ternura dejando un suave beso en su nariz hasta que llego a sus labios donde pronunció la palabra te amo. Nunew con un movimiento brusco atrapó sus labios para callarlo, no quería volver a escuchar esa palabra durante toda la noche, de lo contrario iba a enloquecer de la culpa que ya sentía por lo que está haciendo. Se besaron con urgencia sin ninguna delicadeza por parte de ambos. Zee saqueo la boca de Nunew con tanta necesidad que lo llegó a asustar, lo deseaba tanto que sentía que si no lo hacía suyo pronto iba a morir. Su beso era tan diferente a los anteriores, Kuea nunca lo beso tan posesivamente queriendo el control de la situación, sus besos eran más delicados y dulces a ese beso tan voraz que lo hacía querer más. Despegó su boca de él y recorrió su cuerpo con sus labios y lengua llegando a la entrepierna de Nunew que no estaba despierta del todo. El más joven inclino su cabeza alarmado por ver las intenciones del hombre, su respiración se volvió más agitada por miedo a lo que Zee pensaba hacerle.

—Por favor allí no — ordenó tratando de que su voz no sonara desesperada. —Solo terminemos con esto, no necesitas hacerme eso. Yo voy a estar bien.

La mirada de Zee se nublo de tormento y enojado. Se levantó de la cama y fue al baño donde salió con un albornoz cubriendo su cuerpo. Nunew se incorporó con su cuerpo todavía desnudo sorprendido por la reacción de Zee. No sé estaba negando a dormir con él, ¿entonces porque se había detenido?

— ¿Qué pasa, a dónde vas? —indagó cubriendo su cuerpo con la sabana de la cama. —Pensé que íbamos a dormir juntos, ¿porque entonces te estuviste?

—Tú no me amas, —expuso con voz fría — no sé cómo ese accidente pudo afectar tu cerebro, pero tú no eres Kuea. Tu comportamiento no es nada similar al de él. Debo parecer desquiciado al decirlo, porque no pueden haber dos personas como dos gotas de agua en este mundo, al menos que sean gemelos y Kuea era hijo único, así que la única opción que me queda es que tú ya no me amabas y por eso te repugna que te toque.

Nunew sintió un balde de agua fría sobre su cuerpo. Zee tenía la respuesta muy clara en su deducción de lo que pasaba, Solo que no lo sabía, todo se estaba complicando y solo llevaba pocos días conviviendo con él, si esa situación no se arreglaba todo se iba a descubrir. Se levantó de la cama y camino hasta Zee que lo miraba con fijeza sin mover un músculo.

Desato el nudo de su bata con lentitud y con sus manos la hizo deslizar por el cuerpo bien trabajado del hombre, bajo una de sus manos para acariciarlo en ese lugar sintiéndose un poco extraño pero no se detuvo, Zee atrapó su mano con fuerza para que se detuviera, sin embargo Nunew siguió acariciándolo logrando que se excitase de nuevo con unas cuantas caricias.

Hizo que lo rodeará con sus piernas y lo llevo al cuarto del baño donde abrió la llave de la ducha con Nunew encima de él. Beso sus labios con delicadeza queriendo lograr un efecto diferente en él, ese solo roce logro que Nunew percibiera algo distinto en todo su cuerpo. No supo si fue por el hecho de todo lo que había pasado o su cuerpo lo estaba traicionado. Se besaron con lentitud mientras el agua recorría sus cuerpos, Zee llevo la espalda de Nunew a los azulejos del baño para sostenerlo mejor.

—Dime qué me amas — ronroneo Zee entre los labios rojizos del mas joven, poniendo los pies de Nunew sobre el piso —no importa si no lo sientes, miénteme por esta noche.

El agua caía por el cuerpo de Zee, dando un efecto casi erótico en el, ¿acaso se estaba volviendo loco? Sus ojos le estaban jugando una mala pasada. No podía encontrar a un hombre deseable porque a él no le gustaban. Solo era un sacrificio que iba hacer por el bien de su hermano. Solo eso.

El Otro HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora