Capítulo 4

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Las manos contrarias bajan desde el cuello de la castaña, hasta los confines de su ropa interior

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Las manos contrarias bajan desde el cuello de la castaña, hasta los confines de su ropa interior. Su boca, sus dedos, su olor, todo le causa un placer intenso. Le gusta estar así, unidos en cuerpo y alma.

La hermosa chica abrió sus ojos para poder observar al chico que tenía encima, quien la hacía sentir en el cielo sin la necesidad de estar en él. Miró su rostro y quedó pasmada al ver quién le estaba causando tanto placer. Quien no era James, como de costumbre.

Despierta con el corazón acelerado, era la última persona en la que ella hubiese querido pensar, o soñar. Va a la cocina y bebe un vaso de agua para relajarse un poco. Siente como si fuera a morir y las ganas de dormir se esfumaron. Porque soñar con él era un martirio para Kate, ya que, aún no superaba el hecho de no estar juntos.

El rostro le recordó viejos tiempos, y la verdad es que Kate Pattinson no quiere saber nada de Thomas, ya que aún le duele, aun le lastima. No ha logrado superarlo, aunque trate de demostrarle a los demás que sí, aunque trate de convencerse a ella misma que si lo ha dejado en el olvido.

A pesar de ser las cuatro de la madrugada, la castaña envía un mensaje de texto a sus amigas por un grupo que tienen en común, contándoles el sueño y lo que sentía en ese mismo instante.

Daniela: mira, es normal, tú lo amabas y el imbécil te engañó, aunque ya ha pasado un tiempo tu sigues queriéndolo.

Francisca: cariño, él no te merecía, eres mucho para él, no supo valorarte, pero tú tampoco lo estás haciendo, valórate y deja de pensar en ese idiota bueno para nada.

Ellas quizás tenían razón, él la hizo sufrir lo suficiente como para que siguiera llorándole. Pero, aun así, es a quien más ha amado la castaña, su primera relación, o lo que fuera que tuvieran. El primero que la hizo sentir en casa. Sí, fue una mierda de persona, pero ella aún lo quiere con locura. Tal vez no de una forma romántica, pero sigue teniendo un gran espacio en su corazón.

La chica da un respingo cuando visualiza una silueta de un hombre alto y formidable, para su buena suerte, ¿o mala? era James Roth, quien solamente bebió un vaso de agua y la miró atentamente, como si estuviera leyendo sus pensamientos.

—¿Está todo bien, Kate?

—Por supuesto, ¿a qué se debe la pregunta? —su voz sonó de lo más normal y tranquila. La oscuridad ayudaba a ocultar sus pequeñas lágrimas.

—Bueno... —se acercó lentamente hasta la castaña y llevó su cabello detrás de su oreja. Acunó su rostro entre sus grandes manos e hizo que lo mirara fijamente a los ojos— la luz de la luna no te ayuda a ocultar las lágrimas que recorren tus mejillas, dulzura.

Para Kate, aunque suene un tanto descabellado, le gusta que noten cuando está mal, aun cuando trata ocultarlo. Es como un sentimiento que la hace sentir especial, como si la conocieran lo suficientemente bien para darse cuenta de que no está bien, que algo no está bien en su vida.

James es familiar de Thomas, quizás no familiares cercanos, pero familia, al fin y al cabo. Lo peor, como diría Kate, es que se llevan de puta madre, y sería extremadamente mal visto si ella se acostara con el primo de su ex –aunque tal vez eso nunca suceda-

Literalmente está aplicando la ley de vida de una de sus examigas: "si no es con uno es con el otro, pero de que me quedo en la familia, me quedo" lo decía en broma, pero siempre ha pensado en eso desde que estuvo con Thomas y tenía una profunda atracción hacia James.

Observó al rubio por un rato, pensando seriamente en si era o no correcto hablar con el sobre ese tema que la tenía de ese modo, sobre Thomas. Finalmente, luego de botar todo el aire que había acumulado en sus pulmones, habló.

—Extraño demasiado a Jaeger, y acabo de soñar con él... —sus mejillas, las cuales estaban siendo acariciadas por James, se llenaron de lágrimas nuevamente, las cuales el chico limpiaba tiernamente con sus pulgares—. Creo que aún no puedo sacarlo de mi corazón. Es como si, por algún motivo, el hecho de que sigamos en contacto no me permita borrarlo por completo de mi vida.

—¡Oh, pequeña Kate! él no vale la pena, Thomas... él no lo vale, para nada. Y comprendo que ser amigos complica un poco esos sentimientos, porque lo ves feliz y todo, pero vales más de lo que te puedes imaginar, para todos nosotros, incluso para Jaeger. Solo, debes tomarte el tiempo que sea necesario para sanar; él no lo hizo para nada bien, fue un grandísimo hijo de puta.

Era la segunda vez que ella escuchaba al chico hablar de ese modo. Siempre lo vio como un chico demasiado correcto, en especial en su tiempo en la iglesia. Pero lo que Pattinson veía ahora, era que él le mostraba su lado más real, más él. Y se lo estaba mostrando solo a ella.

—Es difícil olvidar a quien se ama mucho, pero hay que aprender que hay ciertas personas que simplemente no lo valen. No valen nuestras lágrimas, no valen nuestro dolor, no valen nuestro sufrimiento, ni nuestro llanto. No son nada, y no deberían causarnos nada.

James tenía razón, al igual que sus amigas. Le está dando mucho protagonismo a Thomas en su vida y no ve lo poco que vale él y lo mucho que vale ella. Y aunque lo ame aun, no significa que puede dejar que eso la agobie, sencillamente debe sacarlo de sus pensamientos y de su vida, comenzando por cosas simples, como el colgante que la castaña tenía en su cuello, el cual le regaló el pelinegro en su cumpleaños cuando aún eran algo.

—Ten, ayúdame a sacar a Thomas de mi vida —se arrancó el collar y lo dejó en las manos del rubio— ¡por favor!

La hermosa sonrisa del chico se ensanchó repentinamente, como si estuviese orgulloso por lo que Kate acababa de hacer. Ella también lo estaba.

Lanzó el accesorio al bote de basura y luego abrazó cálidamente a la hermosa muchacha.

—Eso es un avance, sigue así y ya Jaeger no será nada en tu vida.

Kate sonrió y comenzó a caminar, dispuesta a volver al dormitorio de sus padres y dormir nuevamente. La mano de James atrapó la suya, sus miradas se unieron en la oscuridad de la noche, y en un bajo y dulce susurro James le habló.

—Duerme conmigo.

Él la llevó hasta su propio cuarto, sin apartar la mirada de la suya. Sus manos aun unidas, el corazón intranquilo de Kate golpeando contra su tórax. La respiración de James era bastante más calmada que la suya.

La recostó a un lado en la cama y se ubicó junto a ella, abrazándola y acariciando su cabello. Con un pequeño beso en su coronilla le deseó las buenas noches, entonces ahí la castaña corresponde el abrazo, más confiada y tranquila.

Y se durmió en su pecho, escuchando el latir de su corazón; un corazón el cual estaba completamente loco por alguien que no era ella...

Cuando se despertó la castaña ya eran las once de la mañana, y James no estaba a su lado. Todo se sentía tan lindo, cómodo.

Se levantó y fue directo a la cocina para preparar su desayuno, como cada día pone su música preferida. Earned it de The Weekend sonaba a todo volumen en la cocina de la casa Pattinson, mientras que Kate bailaba y preparaba sus tostadas, en lo que el café estaba listo.

La chica da una vuelta con los brazos en el aire y el pan en la boca, y de reojo ve una silueta semi desnuda en la puerta de la cocina. Era James, quien estaba con solamente una toalla envolviendo su cadera.

La castaña casi se ahoga con la tostada por el susto y el repentino calor que sentía en su cuerpo, ella realmente pensó que el rubio se había ido de su casa. El chico se ríe y la mira de pies a cabeza con una enorme sonrisa en sus labios.

Kate le lanza el pan, el cual cae en su torso desnudo y mancha con mermelada de fresa la zona. James mira su cuerpo y luego a la hermosa joven intercaladamente, acercándose a ella de manera lenta y muy dominante, lo que hace que ella retroceda chocando con la isla de la cocina sintiendo un "arrepentimiento" repentino por lo que hizo, sintiendo cosquillas en su bajo vientre sin saber lo que ocurriría ahora. 

Peligrosa atracción | Libro 1 "Bilogía Peligros" [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora