Capítulo 1

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Todo comenzó cuando, en 2020, esta familia se mudó a una nueva ciudad, Gold Coast, los cambios no le gustaban mucho a la mediana de los Pattinson, y menos cuando tenía que conocer gente nueva

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Todo comenzó cuando, en 2020, esta familia se mudó a una nueva ciudad, Gold Coast, los cambios no le gustaban mucho a la mediana de los Pattinson, y menos cuando tenía que conocer gente nueva. Le gustaban sus amigos y conocidos en su antigua casa, Melbourne. Eran todo para ella, pero Josh Pattinson, el padre de estas tres criaturas ganó un increíble puesto en el trabajo de sus sueños y no tuvieron más remedio que acatar las órdenes de su progenitor.

La familia se proclamaba cristiana, iban todos los domingos a la iglesia y participaban en lo que podía hacer dentro de ella.

Era el primer día en que irían a la iglesia de aquella nueva y desconocida ciudad. Kate, una hermosa castaña de ojos verdes con una mezcla de amarillo, se puso su típico atuendo cuando llega a un lugar nuevo, su mejor y más provocativo vestido, sus tacones que combinan a la perfección, y se maquilla no tan exageradamente, ya que sus padres siempre le han dicho que no debe ir tan provocativa al templo.

Los hermanos no tenían muchas ni grandes expectativas con este nuevo centro religioso, estaban acostumbrados a templos grandes y muchas personas así que nada los sorprendería. Al llegar vieron que, en un segundo piso, había un coro, donde Kate pudo divisar a un par de chicos que llamaron completamente su atención. A ella no le gustaba mucho todo esto del cristianismo, de hecho, a los tres hermanos les importaba muy poco ese tema, solo iban por sus padres, pero de lo que la castaña estaba segura era que de ahí nadie la sacaría porque tenía dos sabrosos. . . motivos para querer ir a cada uno de los días de congregación.

Terminó todo el primer revuelo en ese lugar, luego de un par de presentaciones dadas por el encargado del templo, al fin podrían volver a casa, su nuevo hogar. En medio de saludos entre desconocidos, Kate se dirigió a marcharse al carro y esperar a sus padres. De camino al coche se choca con la espalda de alguien y quien quiera que fuera, era mil metros más alto que la baja chica.

—Discúlpame, no miré por donde iba.

—No te preocupes, soy yo quien está obstaculizando la salida— su enorme y perfecta sonrisa resplandecía a la luz de los faroles. Era hermoso, su cabello rubio y sus ojos verdes, los cuales eran divinos.

—Soy Kate —ella extendiendo su mano para saludar al chico que había visto nada más llegar al lugar.

—Soy James Roth, es un gusto conocerte.

—El gusto es mío —la castaña sonó dulcemente, mostrando una cara que todos conocían pero que no era la verdadera. Una chica tímida y muy educada, eso le demostraba al mundo, mientras que dentro era todo lo contrario.

Una chica, casi de la misma altura que Kate, bastante atractiva para ser sinceros, de cabellos y ojos castaños, se acercó a James y tomó su mano entrelazando sus dedos.

—Hola, soy Karla, es un gusto —sonreía tierna, era una chica muy linda y su gesto era sincero.

—Un gusto Karla.

Kate Pattinson permaneció ahí unos instantes hasta que pudo ver a su familia al fin apareciendo en la salida del recinto, se despidió gentilmente de la pareja y se marchó.

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Hoy es 25 de noviembre de 2022, la castaña ahora tiene 19 años y sigue igual que hace dos años atrás, flechada por el atractivo y perfecto James Roth. Bueno, casi perfecto, el que tenga novia le quita el veinte por ciento de perfección. Tal y como hace dos años, la chica sigue siendo virgen y su autoestima es un tobogán al igual que toda su vida, ya que no ha logrado nada de lo que se ha propuesto.

Se arregla para salir con sus amigas, dos preciosas chicas que conocieron en la escuela hace dos años.

Se asienta en un parque local donde siempre hay poca gente. Prenden un pequeño rollo de marihuana y conversan sobre cosas sin sentido. Kate no acostumbraba a fumar, mucho menos este tipo de cosas, sus padres siempre se lo prohibieron y le decían que era lo más malo del mundo. Hasta que un día lo probó, gracias a una de sus amigas, y se dio cuenta que era muy relajante y divertido. Lo bueno para la castaña es que no se hizo adicta a la sustancia, solo la consume de vez en cundo y con muy poca frecuencia.

—Kate, no puedes seguir obsesionada con ese chico, ya han pasado dos malditos años —una hermosa chica, con rasgos muy similares a los de Kate, comienza a recriminarla.

Ella era Daniela Allen, una de las mejores amigas de la chica, sus ojos eran azules como el cielo, su cabello de un tono castaño medio claro. Le gustaba mucho salir de fiesta y divertirse, era dedicado y una muy buena amiga. Ama la literatura tanto como bailar y divertirte.

—Concuerdo con Dani, ese chico está con su novia desde hace cuatro años, nunca llegará a nada de esta forma. Siempre dices que su relación es muy linda y que te encantaría que se casaran, pero de todas formas lo quieres para ti, no te comprendo.

Francisca Hoechlin, directa como siempre. Sus rizos rojizos son como el fuego y sus hermosos ojos, verdes como el jade. Es una chica muy sincera y decidida. Ama dormir y es de lo más tierno que existe.

—Chicas, es obvio, ¿acaso no me encanta? No es que este chico me guste en sí, solo que, joder, no creo que sea tan tierno y bueno como demuestra, si no mírenme a mí, que todos creen que soy una buena chica, y ustedes saben que no lo soy, e imagínense la parte que aún no conocen solo porque me gustan los hombres y no las mujeres.

-Is true. Cambiando de tema ¿de que querían hablar tus padres? —antes de salir de su casa sus padres le habían dicho que necesitaban hablar, pero que preferían hacerlo cuando ella regresara a casa.

—Aún no lo sé, me dijeron que a la vuelta hablaríamos, después les cuento todo.

Las tres amigas estuvieron hablando y riendo por un largo tiempo y luego de unas horas cada una se fue a su casa. Cuando Kate entró a su hogar pudo ver a sus padres, Josh y Kristal, junto a su hermana menor Chiara, sentados en el sofá.

—Hija, tu hermano tiene algo importante en este mes, y quiere que estemos presente— comenzó Josh Pattinson, un hombre de cuarenta y tres años, rubio de hermosos ojos castaños. Era un hombre bastante simpático pero muy estricto, le gustaba que todo tuviera un orden.

—Y bueno, como nos habías dicho que tenías programadas varias salidas, pues decidimos que te quedarás aquí en casa y nosotros tres viajaremos a ver a Chase —ella era Kristal. La hija mediana era igual a ella, tanto en carácter como en el físico. Esta mujer era hermosa, con cabellos castaños y ojos verdes. Aunque tenía un par de defectos, según sus dos hijas, tenía un extraño favoritismo con Chase, al ser su primogénito y el único varón.

Chase era el hermano mayor de Kate, tiene veintitrés años y el regresó hace un año a su ciudad natal, Melbourne. Es un pelinegro teñido, ya que su color natural es rubio, sus ojos marrones tal cual su padre.

—Yo no tengo problema si es que eso es lo que quieren saber —habló claro y sin ninguna pizca de interés por el viaje de sus padres, a pesar de extrañar a su hermano, sabe que lo verá dentro de poco. —Ustedes saben que puedo cuidarme sola y que estará bien.

—Si hija, confiamos en ti. Nosotros viajaremos mañana por la mañana, así que creo que nos despedimos ahora para no despertarte tan temprano. —Josh siempre ha sido un hombre muy bueno y cariñoso con Kate, ella siente que él la ama más de lo que se podría imaginar, y Kate lo ama de la misma manera.

—También los amo mucho, espero que les vaya muy bien en su viaje, y díganle a Chase que debe venir a visitarme o me haré vieja esperándolo.

La familia se da un acogedor abrazo y la castaña se despide de ellos para luego poder dormir por fin, y acabar con un día más. 

Peligrosa atracción | Libro 1 "Bilogía Peligros" [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora