El oficial Alan trató de advertirnos, pero fue muy tarde, no podíamos regresar. Los Kurome que habíamos dejado atrás estaban agrupados en un solo lugar, amontonados en la intersección de la que veníamos, esto hacía imposible que regresáramos a la comodidad de la tienda.Aunque muchos Kurome seguían andando en dirección a la tienda, algunos otros se habían quedado atrapados en los charcos de agua o habían caído al suelo y no podían levantarse; pero la gran mayoría habían entrado en estado inactivo, estaban de pie, completamente rígido, con la cabeza hacia arriba mirando hacia el cielo en espera de un estímulo que los impulsará a moverse.
Estábamos atrapados. Por detrás teníamos a docenas de Kurome. En cada rincón había más de uno, no había manera de cortar camino por entre las tiendas y edificios, y hacia adelante nos esperaban cientos o quizá miles de Kurome.
Leah soltó mi brazo y se adelantó para acercarse a Amber quien la detuvo con un gesto con la mano, pidiendo que no se alterara. Leah disminuyó su velocidad y llegó caminando al lado de Amber. Al llegar, se colgó del cuello de Amber, esta la abrazó fuertemente y la cargó entre sus brazos manteniéndola pegada hacia sí. Rápidamente, nos agrupamos, nos miramos unos a los otros buscando alguna idea, una maniobra descabellada que nos sacara de aquel lío, pero a nadie se le ocurría algo.
Con muy pocas municiones en las armas y casi nada de fuerza en el cuerpo, la esperanza estaba totalmente perdida. Era cuestión de tiempo para que algún Kurome nos detectara y se nos viniera el enjambre encima. Mantenía la cabeza cabizbaja esperando mi final. Sentía mis manos congeladas por el frío metal de bate, estaban tan entumecidas y rígidas que con la mínima flexión podrían romperse.
El agua de la lluvia resbalaba por mi cara, empapaba mis ojos y me nublaba la vista, cada vez que respiraba una suave nube de vapor salía de mi nariz y de mi boca. No esperaba morir así, en medio de la calle, congelado y empapado, pero no había nada que hacer. Al parecer era un sentimiento colectivo, todos habíamos perdido la esperanza. Los Kurome nos rodeaban por todos lados, aunque no se movían ni hacían nada, era muy aterrador mirarlos parados justo delante de nosotros. Sus inexpresivas, pero aterradoras caras me producían un miedo tan intenso que podía sentir como cada bello de mi cuerpo se erizaba y me ponía alerta, pero mi cuerpo ya no respondería más, no tenía fuerza para dar una última batalla.
Leah interrumpió el momento de la desesperanza y le pidió a Amber que la bajara. Con sumo cuidado, Amber la dejó en el suelo y le acarició la cabeza a la pequeña niña. Leah buscó en la bolsa del suéter y sacó sus tarjetas, me había olvidado completamente de ellas. Lentamente, le dio vuelta a su pequeño tarjetero hasta que encontró la tarjeta que quería y nos la mostró. Era una pequeña tarjeta con fondo blanco y en ella tenía escrita una palabra "Correr".
La miramos un momento y fue el oficial Alan quien negó con la cabeza. No podíamos correr, no había a donde hacerlo y aunque hubiera un sitio a donde escapar, cualquier ruido fuerte alertaría a todo el enjambre. Amber se agachó para estar a la altura de Leah, tomó aire y giró los ojos hacia arriba, como recordando algo, después de un momento comenzó a mover las manos de un lado a otro, haciendo movimientos con los dedos. Se detenía un momento y volvía a intentarlo, Leah permanecía atenta, mirando cada movimiento de las manos de Amber y un momento después asintió como señal de que había entendido. Era una suerte que Amber supiera algunas cosas con lenguaje de señas, ahora más que nunca necesitábamos permanecer en absoluto silencio, cualquier susurro nos delataría y sería nuestro fin.
Leah volvió a mover su tarjetero y encontró otra tarjeta, era igual a la anterior, pero esta tenía la palabra "Esconder". Daniel se agachó al igual que Amber, tomó a Leah de las manos y lentamente negó con la cabeza. Tenía razón, no había algún lugar en donde esconderse. Por más que buscaba en los edificios no veía ninguno que tuviera alguna ventana o puerta despejada, los Kurome tapaban las entradas, además no tenía idea de que nos esperaría dentro. El edificio podría estar inundado o destruido, lleno de obstáculos o peor, lleno de Kurome.
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Black Eyes #PGP2024
Mystery / ThrillerDurante una noche oscura, azotada por una gran tormenta, Vincent, un padre de familia, es atacado por un viejo conocido, Demian. Tras una pelea con Demian, esté secuestra a la esposa e hijo de Vincent y los lleva a un lugar con duros y tristes recu...