No me dejes ir

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Constructora Lombardo.

Fernando y Alejandro se encontraban conversando en la oficina de Alex.

-. Claramente es Burno.

-. ¿Y qué piensas hacer?

-. No lo sé hermano, si por mi fuera lo refundia en la cárcel, pero tengo que pensar en Victoria, no soportaría ver a Bruno encerrado.

-. Lo sé a pesar de todo, Burno es su hijo y va a buscar la manera de protegerlo.

-. Es que no es justo Fernando, el la trata como si fuera lo peor, mientras que ella se desvive por darle gusto a Bruno y a Raquel, en fin, tendré que hablar con ella.

-. Por cierto, ¿como van ustedes? Digo después del incidente con Bruno.

-. Estamos bien Alex, muy bien diría yo. Alex se limito a sonreirle.

El día siguió su curso, Victoria decidió salir de compras regreso a casa llena de paquetes y paquetes de vestidos y trajes nuevos, mientras que Fernando seguía con un diseño para uno de los nuevos edificios de gobernación.
La noche no tardo en llegar y junto con ella Alex y Fernando llegaban a la mansión Lombardo.

-. ¿Puedo ver a Victoria? Pregunto tímido.

-. Ay Fernando no tienes ni que preguntar, claro que sí, lo más seguro es que esta en su estudio, ve. Fernando se dirigió al estudio, dejando antes un paquete en una pequeña mesa.

Victoria se encontraba escribiendo frente a su escritorio hasta que el sonido de la puerta la interrumpió.

-. Adelante.

-. Hola mi amor.

-. Mi vida. Se levantó rápidamente y lo recibió con un beso.

-. Te extrañe tanto.

-. Pero sin nos acabamos de ver en la mañana, además pasamos toda la noche juntos. Dándole un toque cariñoso en la nariz.

-. Jamás será suficiente para mi, si por mi fuera te robaba y pasaría todo el día, cada segundo del día y la noche a tu lado.
Espera, tengo algo para ti. Dijo para salir del estudio, regresando con algo en sus manos.

-. Más flores. Su rostro se iluminó con una gran sonrisa.
Pretendes llenar toda mi casa de flores.

-. Toda, cada rincón, cada lugar que te pertenezca.

-. A ti te pertenece mi corazón, mi amor, mi vida. Pero si sigues con tantos detalles me vas a mal acostumbrar.

-. Mientras yo viva me encargare de llenarte de detalles para que nunca olvides cuanto te amo. Dándole un beso.

-. ¿Y porque mejor no empiezas a demostrarmelo? Comenzando a desabrochar los botones de la camisa de Fernando.

Victoria iba dejando besos húmedos por el cuello de Fernando hasta que logró deshacerse por completo de la camisa, poco a poco fue llevando sus manos hacia el cinturón de Fernando para intentar quitarlo.

-. Victoria, alguien puede vernos. Su respiración ya estaba más que agitada.

-. No te preocupes, nadie entra aquí. Dijo quitandole el cinturón.

Esas palabras bastaron para que Fernando perdiera la razón por completo, sus manos fueron a los hombros de Victoria, bajando lentamente los tirantes de aquel vestido floreado que la cubría, lo dejó caer hasta la mitad del cuerpo de su mujer, enloqueció al ver que no llevaba sostén pediendose en sus pequeños pechos, comenzó a amazarlos mientas que ella, terminaba de quitarle el pantalón, dejándolo completamente desnundo.
Fernando llevo sus manos a las piernas de Victoria acariciándolas hasta llegar a sus bragas para bajarlas lentamente, una de sus manos comenzó a acariciar su entrepierna llegando hasta su intimidad, sus dedos comenzaron a acariciar su humedad.
Victoria lo guió hasta el sillón donde lo obligo a sentarse, Fernando la observaba mientras ella se desahacia por completo del vestido que le cubría la mitad del cuerpo, se acercó a él para darme un gran beso para después sentarse a horcajadas sobre Fernando, con una de sus manos tomó su miembro, mordió sus labios al darse cuenta de lo grueso que era, lo fue conduciendo lentamente hasta su intimidad hasta entara profundo en ella, ambos gimieron ante el contacto.
Fernando llevo sus manos hacia el trasero de Victoria para ayudarla con su movimientos, movía las caderas hacia adelante y hacia atrás, de un momento a otro Victoria se abrazo de Fernando por el cuello para tener mayor equilibro, dejando sus senos en la cara de Fernando.

Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora