Como se cura una herida

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Victoria se arreglo lo más rápido que pudo, bajo a su oficina, Miguel la esperaba cómodamente sentado en el pequeño sofá de la oficina.

-. Victoria, quería, que gusto verte.

-. Hola Miguel. Su tono era duro.

-. ¿Cómo estás? Tomándola de las manos.

-. Que pregunta tan más estúpida. Quitando sus manos con una cierta violencia.

-. Perdóname, solo quería saber si estabas bien después de lo de...

-. Mira Miguel, voy a dejar toda mi educación de lado, quiero ver todos los papeles de la auditoria que mandaste hacer, quiero ver esas dichosas pruebas.

-. Sabía que las pedirías, aquí están. Entregándole varias carpetas.

Tomó la primera carpeta, no entendía nada, había números y números, cambiaba las páginas y la información seguía siendo igual.

-. Estos son los ingresos y egresos de la constructora. Dijo Miguel señalando los números de la hoja.

-. Esto no es ninguna prueba en contra de Fernando.

-. A partir de aquí, mira. Señalando algunas líneas.

-. No entiendo.

-. Aquí se puede ver desde cuando empezó a desviación del dinero y claramente entró a la cuenta de Fernando, ha venido haciéndolo desde hace aproximadamente cuatro meses.

-. ¿Qué? Es que de verdad no puedo aceptar que esto sea verdad, fue justo después de... Logro contener sus palabras

-. ¿De qué?

-. Nada, no me hagas caso. Victoria recordó y sí, las fechas coincidían después de haberse comprometido.

-. Victoria, ¿de verdad te sientes bien? Te vez pálida.

Victoria miró a Miguel de una manera muy fría, dándole a entender cuan fuera de lugar estaba aquella pregunta.

-. Me permití hacer una relación de gastos, mira, son viajes, ropa y hasta una casa.

-. ¿Una casa? Las gruesas lágrimas caían de sus ojos.

-. Victoria, se que esto es difícil para ti, pero quiero que sepas que no estas sola, me tienes a mi. Intento tomarla de las manos.

-. No me toques. Alejándose bruscamente de él.

-. Perdóname, solo quería hacerte sentir mi apoyo.

-. No me interesa ni tu compasión, ni tu apoyo y si no te molesta, tengo muchas cosas que hacer. Señalando con su mano la puerta.

-. Siendo así, entonces me retiro, te dejo esto. Señalando las carpetas de evidencia. Si necesitas algo, por favor no dudes en llamarme, a la hora que sea. Intento abrazarla para despedirse de ella, pero Victoria se negó.

Miguel ya no insistió más y salió de la oficina, cuando Victoria se aseguró de estar completamente sola fue sentándose lentamente en el sofá el llanto intenso se apoderó de ella, intentaba controlarse, pero todo lo que estaba pasando era más fuerte que ella, no dejaba de sentirse utilizada y toda esperanza creer en Fernando, poco a poco se fue esfumando.

Tenia tantas y tantas dudas que la agolpaban, ahora necesita los porqués, sin avisarle a nadie salió de la mansión, conducía a gran velocidad, mientras la lágrimas le empañaban la vista.

Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora