Piel de angel

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A la mañana siguiente se levantaron lo más temprano que pudieron y salieron directo a la mansión Lombardo.

-. No bueno, ustedes ya deberían vivir juntos, si mi mamá no está metida en tu casa, tu estas aquí. Dijo Raquel con sarcasmo.

-. Buenos dias hija, ¿como amaneciste?

-. No tan bien como tú. Pero ya Fernando déjala descansar aunque sea un poco, se ven terribles.

-. Ay Raquel no es para tanto, anoche fuimos a bailar, bailamos toda la noche, solo es eso.

-. Hasta que llegaron, los estábamos esperando para desayunar. Buenos dias mamá, hermano. Yendo todos hacia el comedor.

-. ¿Qué van a desayunar?

-. Unos chilaquiles bien picosos y un café bien cargado.

-. Para mi también Felipa, por favor.

-. Estuvo muy buena su fiesta ¿verdad?

-. En mi pueblo le llaman cruda. Dijo Felipa divertida.

-. Ni se imaginan, solo de recordar lo de anoche.

-. ¡Fernando! Dijo Victoria dándole un ligero golpe a Fernando.

-. Yo hablaba del baile, ¿de que otra cosa me podía acordar?

-. Bueno ya, no se peleen, ¿están listos para la junta de mañana?

-. ¿Qué junta? Dijo Victoria desconcertada.

-. La que convocó Bruno, pensé que él te lo habría dicho.

-. Ay Alex, como si no supieras que apenas y me dirige la palabra, habrá que ver que se le ocurrió para seguirnos molestando.

-. Podemos aprovechar que estarán todos los socios para darles la noticia. Fernando tomó la mano de Victoria.

-. ¿Qué noticia? No le digan que ya se van a casar. Raquel con si sarcasmo de siempre.

-. Ojalá, pero no es eso. Victoria acepto colaborar conmigo en los diseños de interiores del proyecto de gobernación.

-. De verdad madre, me da tanta alegría que hayas aceptado.

Los almuerzos en familia nuevamente estaban siendo tranquilos y en paz, aunque a momentos la ausencia de Bruno en la mensa eran evidente, Victoria trataba de convencerse que era lo mejor hasta que Bruno cambiará sus actitudes, terminaron de desayunar, Fernando y Alejando se fueron a la oficina, mientras que Victoria y Felipa conversaban en la habitación.
Victoria estaba sentada frente al espejo cepillando su largo cabello.

-. ¿Y qué siente de volver a trabajar?

-. Ay Felipa, no te lo voy a negar estoy muy nerviosa, hace años que no lo hago, pero estoy feliz de volver a hacerlo con Fernando.

-. No cabe duda que el joven Fernando le está debolviendo todo aquello que usted por decisión propia dejó atrás, empezando por el amor.

-. Tienes razón Felipa, Fernando es todo lo que soñé, ni con Antonio, ni Samuel me sentí así de amada.

-. Bueno, tampoco hay que olvidarnos de...

-. Felipa, por favor, no quiero recordar el pasado, quiero enfocarme en mi presente y mi presente es Fernando.
Si me permites, quiero darme un baño relajante que me duele todo el cuerpo.

-. Ah si, ¿por qué será?

-. Felipa, no te voy a estar contando mis intimidades.

-. Que conste que yo no mencione nada de eso, la dejo. Saliendo de la habitación.



Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora