Alma enamorada

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Durante el trayecto del lobby a la habitación iban en silencio mientras caminaban tomados de la mano. Al llegar Fernando habré la puerta dejando que Victoria entre primero.

-. Es muy bonita. Sin dejar su tono nervioso.

-. Sabía que te gustaría, por eso elegí esta.

Era una habitación bastante acogedora, decorada con colores cálidos, flores y en la cama un ramo con alcatrazes, las favoritas de Victoria. Ella al ver aquel detalle no puedo evitar emocionarse.

-. ¿Cómo supiste? Dijo para tomar una y olerla.

-. Sé que son tus favoritas, además son un símbolo de pureza y tú, eres el amor más puro que he tenido en la vida. Victoria no podría evitar sentirse emocionada por cada palabra y cada acción de Fernando, en cada uno se hacia sentir amada, como nunca nadie más la amo.

-. Gracias, algo muy bueno debí hacer para merecer un amor tan bello como el tuyo.

Poco a poco fueron acercándose para unir sus labios en un beso, un beso que había sido contenido por tantas horas al estar a la mira de los demás, sus labios se rosaban de manera tierna, conforme pasaban los segundos aquel beso se iba cargando de deseo, Fernando abrazo a Victoria de tal manera que la pego a su cuerpo que podía sentir el latir de su corazón, una de sus manos comenzó a bajar por su cintura casi llegando a su trasero, poco a poco el cuerpo de Victoria comenzó a reaccionar ante el beso y las carias que el hombre le estaba dando, pronto entró en un momento de lucides y se alejo rápidamente de Fernando.

-. Emm, ¿no tienes hambre?

-. Si, si, leí que en el restaurante del hotel tienen buena comida, ¿quieres ir ahí?

-. Si, lo que quieras. Dijo tocándose el cabello tratando de ocultar su nerviosismo.

-. Muy bien, y sobre la habitación, no te preocupes yo puedo dormir en el sobre es grande y se ve cómodo.

-. Esta bien, espérame me arreglo un poco y bajamos a comer, ¿esta bien? Se apresura a tomar su pequeña maleta y entar al baño.

Al entrar al baño lo primero que hizo fue mojarse la cara con agua helada, de alguna manera necesitaba calmar aquel calor intenso que Fernando había provocado en su cuerpo, una parte de ella se sentía viva, hace años no se sentía amada y deseada por un hombre, era tan halagador que un hombre tan joven como Fernando pudiera sentirse atraído por ella, pero otra parte se sentía aterrada, estaba consciente que ya no era una mujer joven, que su cuerpo no tendría la belleza ni la apariencia de una jovencita, se lleno de temor al pensar que tal vez podría decepcionarlo.
Al darse cuenta que sus bragas se habían mojado sabía que necesitaba tomar un baño, escucho la puerta de la habitación cerrar y se dio cuenta que Fernando había salido, tomó un baño rápido sin mojarse el cabello, después de unos minutos estaba terminando de maquillarse ligeramente, había decidido vestirse con un vestido fresco color blanco con delicadas flores de colores, con un lindo pero discreto escote y unos zapatos blancos, se recogió un poco el cabello, mientras lo hacía escucho la puerta de la habitación abrirse.

-. Estas hermosa mi amor. Se acercó para darle un delicado beso.

-. Gracias. Dándole una tímida sonrisa.
¿A donde fuiste?

-. Bueno imagine que querías arreglarte en privacidad y fui a dar una vuelta por el hotel, también para tratar de conseguir otra habitación, pero el hotel está lleno, lo siento, debí pensar en eso antes, no quiero incomodarte con mi presencia aquí.

Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora