LA HISTORIA DE DARKWOOD.
En el corazón del sombrío reino de Darkwood yacía un pueblo legendario, una vez gobernado por los Asher, seres de cabello rojo fuego y poderes inigualables, capaces de mantener la armonía en todo el reino. Durante siglos, cada década, nacía un Asher para reinar con justicia y equidad, manteniendo a raya cualquier amenaza que se atreviera a desafiar su poder. Pero un día, la oscuridad se alzó en forma de Theon, el Rey de las Sombras, quien acabó con Ophelia, la última Asher. Con su caída, las sombras se cernieron sobre Darkwood y los Asher dejaron de nacer.
Sin embargo, en una noche llena de esperanza, una pareja aguardaba con ansias el nacimiento de su pequeña hija, solo para ver con consternación su cabello rojo como el fuego, señal inequívoca del retorno de los Asher. La era de la oscuridad parecía llegar a su fin mientras la portadora de la nueva generación Asher despertaba, lista para desafiar el reinado de las sombras una vez más.
El olor a pan recién horneado inundaba mis fosas nasales. Sigilosamente, me acerqué a la cocina y abracé a mamá por detrás. Ella me devolvió el abrazo con una sonrisa de satisfacción dibujada en su cara.
-Buenos días, mi flamita andante -sonreí al oír el apodo cariñoso.
-Buenos días, mamá -le devolví el saludo mientras nos sentábamos a desayunar.
-¿Dónde está papá? -pregunté intrigada; siempre desayunábamos juntos, pero esta vez él no se encontraba con nosotras.
-¿Me buscabais? -La voz grave de papá retumbó en el comedor y entró meneando un envoltorio que los tres conocíamos muy bien.
-El héroe de la familia se despertó temprano para ser vuestra salvación y conseguir las tartaletas favoritas de la señorita de la casa antes de que se agotaran -exclamó mientras colocaba las tartaletas encima de la mesa de forma dramática y exagerada.Mamá y yo nos miramos y estallamos en carcajadas mientras le servíamos té a papá y desayunábamos todos juntos como una buena familia feliz.
-¡Nyx, debemos empezar ya! -Los gritos de Emmie me despertaron de mi dulce y esperanzador sueño.
Respiré hondo e intenté calmar mi respiración agitada. Siempre odié la sensación de vacío que me dejaban este tipo de sueños. Era bonito vivirlos porque era totalmente consciente de lo que eran: sueños, nada más ni nada menos, y nunca se llegarían a cumplir.
Miré a mi alrededor; los primeros rayos de sol entraban a la habitación por la minúscula ventana del cuarto. Ya no estaba en nuestra cálida casa, ya no olía a pan recién horneado sino a humedad rancia, ya no estaba rodeada de mis padres; de hecho, nunca lo estuve.
Huérfana. Me repetí la palabra hasta que la sentí; me caló en lo más profundo de los huesos y la acepté.
Ya no era una niña; dejé de serlo el día en que asesinaron a mis padres por mi culpa. Estoy maldita, nací en el tiempo no adecuado, con el tono de pelo no adecuado y con unos poderes bastante problemáticos.
Me levanté del colchón y observé cómo el hueco en el que dormí seguía hundido; los muelles del pobre no soportarían mucho más. Salí en busca de Emmie y me dejé guiar por el ruido de los trastos en la cocina.
-¿Qué es lo que deb...? -Arrugué la nariz al oler el fastidioso olor del tinte casero, ese líquido viscoso que Emmie me aplica desde que tengo conocimiento.
-Anda, la bella durmiente ya despertó. ¿Debería cambiar los ingredientes y teñirte de rubia? Encajarías con el papel, Nyxie -se burló ella mientras removía sin parar mi peor pesadilla.
-Emmie, me echaste eso el mes pasado. ¿De verdad crees que hace falta...? -Abrió los ojos horrorizada.
-¡Ni hablar, señorita! Ayer vi un reflejo de tus raíces. Corre el rumor de que el príncipe de las sombras va a visitar los suburbios para sembrar más orden. Ya perdí a tus padres, tú no serás la siguiente.
ESTÁS LEYENDO
Sombra y fuego (#PGP2024)
FantasyEn el corazón del reino de Darkwood yacía un pueblo legendario, una vez gobernado por los Asher, seres de cabello rojo fuego y poderes inigualables capaces de mantener la armonía en todo el reino. Durante siglos, cada década, un Asher nacía para rei...