Capítulo 6

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El campamento estaba en pleno apogeo cuando Fleur y yo nos reunimos con las demás reclutas frente a la tienda de la general. El aire estaba cargado de nerviosismo y anticipación. Todas sabíamos que este sería nuestro hogar durante los próximos meses y aún no podía creer lo rápido que había pasado todo. Cuando Raden me seleccionó para las tropas, estuve a punto de salir corriendo de allí. Emmie se había pasado toda mi infancia manteniéndome lejos de la realeza de las sombras. Ella quería alejarme de cualquier contacto con ellos hasta que haya desarrollado mis poderes y aquí estoy yo, en medio del campamento de las tropas del hijo del asesino de mis padres, siendo entrenada para defenderlo de cualquier amenaza. Solté una carcajada interna. ¡Qué ilusos al pensar que la amenaza está fuera y no aquí dentro planeando su próximo ataque!

-¿Crees que nos dejarán compartir habitación? - La voz de Fleur interrumpió mis pensamientos y me miró con sus ojos azules llenos de esperanza.

-Eso espero -respondí, tratando de calmar mi propia inquietud-. No puedo imaginar pasar todo este tiempo sin ti.
Fleur era prácticamente mi hermana. Ambas teníamos mucho en común. Sus padres ocupaban la casa contigua a la nuestra y eran muy amigos de Emmie. Ellos también habían sido asesinados al correr el rumor de que poseían información sobre los Asher y que se dedicaban a investigar más en las leyendas. Desde entonces, Emmie se encargó de Fleur, y aunque ella seguía viviendo en casa de sus padres, pasábamos todo el día juntas hasta que un día le contamos sobre mi verdadero origen.

La general, una mujer de aspecto severo y cabello corto, apareció entonces, lista para asignarnos nuestras habitaciones. A medida que iba llamando los nombres y asignando las habitaciones, sentía un nudo en el estómago. Finalmente, llegó nuestro turno.

-Nyx y Fleur, habitación 8 -anunció la general, sin levantar la vista de su lista. Un suspiro de alivio y emoción escapó de nuestros labios simultáneamente. Nos dirigimos rápidamente hacia nuestra nueva habitación, deseando ver el lugar que compartiríamos. Al abrir la puerta de la habitación 8, una pequeña sonrisa apareció en mi rostro. Era modesta, con dos camas individuales, un par de armarios y una mesa con sillas, pero para nosotras, era perfecta.

-Es mucho mejor de lo que esperaba -dijo Fleur, dejando caer su mochila en la cama más cercana a la ventana.

-Sí, lo es -asentí, comenzando a desempacar mis cosas-. Estoy feliz de que estemos juntas. Mientras colocábamos nuestras pertenencias en su lugar, la conversación giró inevitablemente hacia Emmie.

-Voy a extrañar tanto a Emmie -dijo Fleur, su voz teñida de tristeza-. Siempre ha estado ahí para nosotras.

-Yo también la voy a extrañar -admití, sintiendo un nudo en la garganta-. Pero debemos recordar por qué estamos aquí. Esto no es solo para nosotras. Es para todos los que hemos perdido y para vengar a nuestros padres. Acabaremos con esto lo antes posible y nos reuniremos con ella de nuevo. Fleur asintió, su expresión volviéndose más seria.

-Tienes razón. Debemos mantenernos fuertes. Con nuestras cosas finalmente organizadas, nos dirigimos al comedor. La sala estaba llena de soldados, la mayoría de ellas hablando en voz baja mientras esperaban su comida. Al entrar, sentí las miradas curiosas y los murmullos que se extendían a nuestro alrededor.

-Mira, ahí está la chica que perdió contra Kardan -susurró una soldado cercana. -Sí, dicen que no duró ni cinco minutos -comentó otra, con una risa burlona.
Me obligué a ignorar los comentarios, recordándome a mí misma que debía mantener la calma. Pero al llegar a la mesa y sentarnos, una soldado rubia y alta se acercó con una expresión provocadora en su rostro. -Así que tú eres Nyx, ¿eh? -dijo, cruzando los brazos-. La que fue humillada delante del príncipe.

-¿Y qué si lo soy? -respondí, tratando de mantener mi vista en el plato que tenía al frente. -Solo digo que deberías haberte quedado en casa. Aquí solo los fuertes sobreviven, y claramente tú no lo eres. La rabia comenzó a hervir dentro de mí, pero Fleur me puso una mano en el brazo, intentando calmarme. Sin embargo, las palabras de la soldado me provocaron más de lo que quería admitir.

-¿Tienes algún problema? -dije, levantándome de mi asiento y enfrentando a la soldado-. Porque si lo tienes, podemos resolverlo ahora mismo.

-Nyx, no -susurró Fleur, tratando de detenerme. La rubia sonrió con suficiencia.

-Vaya, parece que alguien tiene una actitud. Pero sabes qué, no creo que puedas hacer nada al respecto. No después de esa humillación.

-Creo que deberías mantener tu opinión para ti misma ya que nadie te la ha pedido. Sabes perfectamente que ninguna de nosotras está aquí por elección propia. Fui seleccionada porque pasé las pruebas de admisión. Ahora si me permites, voy a seguir con mi comida.

- Respondí y me senté intentando mantener la compostura y no arrancarle los pelos.

-Claro, no permitas que te interrumpa. Está más que claro que tus padres ni siquiera te alimentaron suficiente. Tus pintas te delatan.
Antes de darme cuenta, la ira y el dolor que había estado reprimiendo estallaron. Sentí el poder de mi telequinesis fluir a través de mí mientras la soldado se llevaba las manos al cuello, luchando por respirar, y yo mantenía la vista fija en mi plato.

-¡Nyx, detente! - Susurró Fleur, tirando de mi brazo. El bullicio del comedor militar se detuvo abruptamente cuando Raden, el príncipe y líder de las tropas, hizo su entrada con paso firme. Su presencia imponente llenó la habitación, y todos los presentes se pusieron de pie en señal de respeto. Pero la tensión en el aire era palpable cuando sus ojos azules escudriñaron la escena frente a él. Su mirada se posó en la soldado rubia que luchaba por respirar, y la confusión cruzó su rostro al verla sola, sin nadie más cerca. -

¿Qué está pasando aquí? -preguntó Raden, su voz resonando en el silencio repentino. La soldado rubia, con gestos entrecortados y todavía recuperándose, me señaló con un dedo tembloroso. -¡Fue ella! -exclamó, su voz rasposa-.
Me estaba asfixiando con su poder. No hizo nada, solo se sentó allí, como si no le importara. Permanecí tranquila en mi asiento, manteniendo la compostura a pesar de las acusaciones en mi contra. -Con todo respeto, mi príncipe -intervine, con tono calmado pero firme-, estaba simplemente comiendo mi comida cuando ocurrió este incidente. No hice nada para provocarlo, en cambio ella no dejaba de molestarme y al ver que no caía en sus provocaciones empezó a fingir.
Raden frunció el ceño, evaluando la situación con cautela. Observó a la rubia con una mirada penetrante, buscando cualquier signo de engaño en sus palabras.

-¿Podéis explicar cómo sucedió esto? -preguntó Raden, dirigiéndose a todos los presentes en la sala, su tono demandante. -

No tengo ningún poder, y mucho menos la intención de dañar a nadie -respondí , con voz serena pero decidida-. Estaba simplemente comiendo mi comida cuando ocurrió todo.
Fleur, quien había estado observando la escena con atención, intervino apoyándome . -Es cierto, mi príncipe -dijo Fleur, su voz firme y segura-. Nyx no posee ningún tipo de poder que pueda causar esto. La soldado rubia estaba claramente buscando problemas. Marie y Claire, las gemelas que siempre estaban juntas, asintieron en acuerdo.
-Dicen la verdad, mi príncipe -dijeron al unísono-. Estábamos sentadas justo al lado de ella, y ni siquiera levantó un dedo antes de que comenzara este alboroto.
Raden reflexionó por un momento, evaluando las palabras con detenimiento. Finalmente, asintió con la cabeza, retirándose. -Vamos, Nyx -dijo Fleur con firmeza, arrastrándome fuera del comedor-. Necesitamos hablar.

Me llevó de vuelta a nuestra habitación, cerrando la puerta tras de sí. Su rostro estaba pálido y sus ojos llenos de preocupación.
-¿Qué demonios estabas pensando? -me regañó-. ¡Podrías haberla matado!

-No podía soportar su actitud -respondí, todavía temblando de rabia-. No después de haber mencionado a mis padres.

Fleur se pasó una mano por el cabello, tratando de calmarse.
-Lo sé, pero no puedes dejar que te provoquen así. Tienes que controlar tus emociones. Si alguien descubre lo que puedes hacer, estaremos en peligro.
Suspiré, sintiendo el peso de sus palabras.

-Tienes razón. Lo siento. Prometo que intentaré controlarme. Fleur se acercó y me abrazó, su calidez ayudándome a calmarme.

-Lo sé. Solo necesito que recuerdes por qué estamos aquí. Esto es solo el comienzo, y necesitamos mantenernos fuertes y unidas.

La cosa se complica...

Sombra y fuego  (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora