Capítulo 23

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El caos reinaba en el campamento mientras las sombras oscuras se deslizaban entre las tiendas y los soldados. Mi corazón latía con fuerza, y la adrenalina inundaba mi cuerpo. Sentí la conexión con Pyron intensificarse, sus pensamientos de combate y protección entrelazándose con los míos.

—¡Todos a sus posiciones! —gritó Orlo, su voz firme intentando imponer orden en medio de la confusión.

Los rebeldes respondieron rápidamente, formando líneas defensivas mientras intentaban repeler el ataque. Pyron lanzó una bocanada de fuego hacia las sombras, iluminando la noche y desintegrando a varias de ellas. Yo, con las manos en llamas, me lancé hacia las sombras, tratando de recordar todo lo que había aprendido en los entrenamientos.

Las sombras eran rápidas y difíciles de alcanzar. Sus formas oscuras parecían fundirse con la noche, pero mis llamas lograban iluminarlas lo suficiente como para atacarlas. Luché con todas mis fuerzas, tratando de ignorar los gritos de agonía de algunos rebeldes siendo absorbidos e iba lanzando bolas de fuego y creando barreras ígneas para proteger a mis compañeros.

En ese momento Orlo se dirigió a mí con el rostro desencajado.

—Nyx, ¿sientes la presencia de Raden? ¡Debemos saber quién está creando las sombras! Los únicos dos capaces de hacerlo son Zanos y Raden. Dime, ¿a quién sientes?

Jadeé intentando recuperar el aliento después de usar tanto mi poder. Raden era el que estaba presente y él mismo me lo había indicado.

—Raden... —dije, mirando a mi alrededor tratando de localizarlo—. Raden está aquí.

Orlo ni siquiera me contestó, asintió seriamente y se fue mientras seguía gritando órdenes.

Vi a Fleur y Rune luchando codo a codo, sus movimientos sincronizados y precisos. Fleur utilizaba su agilidad para esquivar los ataques y asestar golpes letales con su daga, mientras que Rune blandía su espada con una destreza impresionante. Sentí una oleada de orgullo al verlos tan compenetrados.

Marie y Claire, las gemelas, usaban su magia para desorientar a las sombras, creando torbellinos que las mantenían a raya. Jareth y los rebeldes con una espada en cada mano, se movían con rapidez y precisión, cortando a las sombras que se atrevían a acercarse.

—¡Nyx! —gritó Vivienne, señalando una figura en la distancia.

Alcé la vista y vi a Raden, su silueta oscura destacando en medio del caos. Su mirada fría y calculadora me hizo estremecer. Sabía que él estaba detrás de este ataque, y su presencia solo confirmaba que Zanos había decidido dar el primer golpe.

Raden se acercaba con pasos firmes, su figura se recortaba contra el horizonte como una sombra imponente. Su rostro, cincelado con una perfección casi sobrenatural, revelaba unos rasgos afilados y una mandíbula fuerte. Los ojos, azules, oscuros y profundos, eran abismos de misterio y poder, capaces de desarmar a cualquiera con una sola mirada. Su cabello, negro como la noche, caía en ondas suaves que acentuaban su apariencia imponente.

No podía negar que Raden seguía siendo apuesto, más aún que antes. Sin embargo, algo había cambiado en él. Ya no era solo su belleza lo que llamaba la atención, sino una presencia oscura y magnética que lo rodeaba. Emanaba un poder oscuro y una oscuridad profunda que parecía envolverlo como un manto. Era como si la esencia misma de la noche y el misterio hubieran encontrado refugio en su ser.

Además, un nuevo detalle resaltaba en su apariencia: un tatuaje en su cuello. Era una llama de tinta negra que lo envolvía, serpenteando con una precisión inquietante. Esta marca añadía un aire aún más siniestro a su persona, como si simbolizara el poder destructivo que ahora parecía emanar de él.

Sombra y fuego  (#PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora