— Nos enteramos que volviste a la casa de tu madre, ya que tu padre se fue, ¿no? - habló Lucrecia.
— Y como se enteraron? - pregunte.
— Yo les dije - dijo Lu -. Querían para juntarnos y hacer jueguitos de mesa entre todas, como antes
— Espero y no te incomodes, Lucre - la mire.
— Ya acordamos sobre todo eso, esperemos y no pase nada - contestó.
— Ah, bueno
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— Voy a traer el Monopoly - avise después de guardar el anterior juego de mesa.
— Dale, no te demores - me señaló Lu.
Yo asentí y me dirigí a la escalera para subir hacia mí pieza.
Al entrar alguien me puso contra la pared cerrando la puerta.
Era Iván, es obvio.
— Vino Lucrecia? - pregunto.
— Si, así que ni bajes porque no quiero que te mire, además ¿a vos que te importa? Después de todo lo que le dijiste
— Yo no le dije nada, ella te esta mintiendo, vos miras a quien creerle, pero ojo que yo digo la verdad y tengo pruebas
— Que tipo de pruebas?
— Había grabado un audio con todo lo que me dijo - saco su teléfono y busco algo.
A los segundos se reprodució la voz de Lucrecia.
<Solo fuiste un juego para mi, nunca me enamore, solo quería pasar un rato y divertirme con tus tarados regalos. Wilson es mejor que vos, de él si me enamoré, no como de vos que solo te utilice por tu dinero y pasar el rato, pero ya me cansaste>
— Lucrecia no pudo mentir
— Cuantas veces te habrá mentido - susurro guardando su teléfono.
— Te escuche, estoy a centímetros de vos. En fin, que cosa querías?
— Seguir con lo de hace rato
— No tengo tiempo, Iván - me safé de su acorralamiento.
— Siempre me dejas así - se sentó en la cama viéndome.
— Como que siempre? Nunca hicimos lo mismo - busque el monopoly.
— Pero casi igual, además siempre nos interrumpen
— Tenes mala suerte
— Que cosa buscas? - pregunto.
— Monopoly - conteste -. Lo viste? - lo mire.
Lo pensó.
— No, no lo vi - dijo después de un minuto.
Seguí buscando.
— Y Linda tiene padre? - soltó de la nada.
— Soy madre soltera con Linda
— Mirá vos
— Lo encontré! - avise enseñándole el monopoly -. Nos vemos - abrí la puerta y baje donde mis amigas.
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Me tire a la cama cansada.
Habíamos hecho de todo; jugar, bailar, cantar, y más.
— Tus amigas ya no están? - entró a mi pieza; Iván.
— No, ya no están ¿por qué?
— Preguntaba - se encogió de hombros con una media sonrisa.
Se sentó al lado mío con su mano en mi cintura.
— Escuche que estaban hablando de un tal Manuel, ¿otra vez con otro pibe?
— Por qué escuchabas?
— Estas con él?
— Por qué escuchabas? - repetí la pregunta.
— Estas con él? - repitió a misma pregunta.
— Respondeme vos primero
— Y por qué no vos? - no dije nada -. Entonces si estas con él
— No, no estoy con él, solo hay un poco de onda y listo
— Terminas tu "onda" con ese pibe - ordenó.
— Por qué tendría que hacerte caso? - alcé una ceja.
— Porque si y listo - me movió el pelo para un costado.
— No lo haré solo porque vos me lo pedis - me senté.
— Ah, ¿no? - se acercó a mi.
