— No, ¿por qué?
— No te conviene, Emilia
— Y por qué no?
— Porque lo digo yo
— No sos nadie para que me digas que hacer o no
— Soy más grande que vos
— Vas a seguir con el "soy más grande que vos"?
— Pero si es la verdad - puso un mechón de pelo detrás de mi oreja.
— Como sea - puse los ojos para arriba mientras me volvía a echarme.
— Podemos seguir con lo de hace rato?
— Seguis con eso? Ya fue
— Es que no terminamos
— Y como debería terminar según vos?
— Si lo seguimos sabrás
— No quiero saberlo - arruge la nariz.
— Si vos decis - puso su mano en mi muslo -. Dale - la movió.
— No, Iván
— Por qué?
— Porque no y listo - cerré los ojos.
Él se paro y salió de mi pieza.
Cualquiera apaga la luz.
(...)
Ya era otro día y la verdad.
Me aburría.
Después de hacer mi rutina salí de mi pieza para ir a la cocina en busca de comida.
— Hola ma - bese su mejilla -. Hola bro - choque puñitos.
— Que tal amaneciste, mi vida? - pregunto mi mamá.
— No lo sé, bien - sonreí -. Mi papá te mandó algun mensaje?
— No, hija, seguro esta ocupado - me acaricio el pelo.
Yo hice un leve puchero.
— Ya esperare su llamada o mensaje
— Sabes si Iván ya despertó? - preguntó.
— Creo que no
— Ve a despertarlo, Emi - pidió Victor.
— Okey, ya vengo - salí de la cocina y subí.
Abrí su pieza y estaba él boca abajo.
Cerré la puerta detrás de mi y me senté a su lado.
— Iván - susurre -. Iván levántate - lo moví.
— Déjame - se movió.
— Despertate, dale
Refregó sus ojos y se dio la vuelta.
Abrió los ojos y me vio.
— Que queres?
— Me mandaron a levantarte
Lo vi pensar.
— Lo hago si me das algo a cambio.
— No jodas, Iván, te tenes que levantar porque si, sin nada a cambio
— Me vuelvo a dormir, no me importa
— Que queres a cambio?
Sonrió.
— Un beso - soltó.
— Estas loco, no - negué.
— Dale, no es tan difícil
Lo pensé.
— Pero un beso bien, no pico
— Pedis mucho
— Y bueno - se encogió de hombros -. Si o no?
— Mmm... yo también quiero algo a cambio, con tan solo levantarte no me convence
— Que cosa queres a cambio?
— Que me enseñes a jugar al Minecraft
— Bueno, acepto, vos aceptas? - se sentó y se recostó en el respaldo de la cama.
— Si es así, entonces si
— Como desees - me guiño el ojo.
Me agarro de la mandíbula atrayendome a él.
El beso fue como el día de ayer.
Las manos de Iván fueron hacia mí cintura aplastandolas suavemente.
Mis manos fueron a los rulos de aquel.
El beso duro como máximo dos minutos.
Hasta que él me empezó a besar el cuello.
Con mis manos en sus rulos lo iba atrayendo más a mi.
Succionó una parte de mi cuello; solté un gemido por aquel acto que hizo.
Se separo de mi cuello y me volvió a besar.
Iván hizo que me sienta arriba de él.
Sus labios fueron hacia mí clavícula, aquel succionó nuevamente haciendo que suelte un gemido.