(...)
Pasaron dos meses aproximadamente.
Y pasó algo que no imaginábamos que iba a pasar.
- Los quiero a los dos abajo, ya mismo - ordenó mi madre.
Les doy un breve resumen.
Yo con Iván nos habíamos quedado solos en la casa, ya que nuestros padres no volverían hasta mañana en la mañana.
Pero resulta que terminaron antes y volvieron a la casa como sorpresa.
Y digo sorpresa porque cuando llegaron no se escucho ni la puerta ni mucho menos sus pasos.
En fin.
Yo e Iván estábamos en mi pieza mientras veíamos Netflix.
Bueno, ni siquiera le estábamos prestando atención a la película.
Estábamos más concentrados en lo nuestro.
Ya saben, andábamos chapando.
Y justo cuando Iván estaba ya arriba mio mientras nos seguíamos chapando.
Pum.
Entran nuestros padres emocionados y con los brazos alzados.
Pero su sonrisa de ambos se borraron al instante de cuando nos vieron.
Yo e Iván nos habíamos quedado congelados.
Sabíamos que era el fin de nuestra vida.
Él se separó de mi sentándose en la cama al igual que yo.
Y ahí nos quedamos hasta este momento.
Nuestros padres bajaron hacia la sala.
- Ya la cagamos - dijo Iván mientras se paraba.
- Me quiero matar - dije mientras bajaba las escaleras con él al lado.
Bajamos y vimos a nuestros padres sentados en la mesa.
Sin decir nada yo e Iván nos sentamos al frente de ellos.
(...)
Esa parte les aburriría, pero mal.
Nos dieron un tremendo testamento.
Para que al final nos confesaran que ellos eran primos.
O sea, primos, pero lejanos.
No tanto, pero medio medio.
Parece que viene de familia.
Al final no nos prohibieron nada.
Solo dijeron que no sé vuelva a repetir esos tipos de afectos.
Algo que más nos emocionó fue que nos aceptaron.
Y ya no tendríamos que ocultar lo nuestro.
- Los queremos, chicos - nos abrazaron -. Solo que no se pasen mucho, eh - rió.
- Si, tranquilos nomás - nos despeino; Victor.
Todos nos reímos.
— Por cierto, Emi, tu padre dice que mañana te viene a recoger para que se vayan de viaje - recordó mi madre.
— Ah, si - asentí.
— Te extrañaremos, Emi - dijo Victor.
— Solo me voy por un mes nada más - sonreí.
— Bueno, ya vayan a dormir - ordenó mi madre.
Yo e Iván asentimos.
Ambos subimos.
— Queres dormir conmigo? - pregunte.
Él asintió sin decir nada.
Yo sonreí y fui a mi pieza con Iván siguiéndome.
Cerré la puerta cuando él entró.
— Te voy a extrañar - me dijo Iván mientras me abrazaba por atrás.
— Yo igual - me dirigí a la cama con Iván abrazándome.
Me dio un beso en la mejilla para después separarse de mi y tirarse a la cama.
— Dame un espacio, wacho - reí por como estaba hechado.
— Ahí tene' tu espacio - se puso a un lado.
Yo apagué las luces para después hecharme junto a él y abrazarlo.
— Te amo - me dijo por último.
— Yo también te amo, wachin - le di un beso en la frente mientras acariciaba sus rulos.