Las tensiones entre los Cullen y la manada de lobos de La Push estaban en su punto más alto. El odio ancestral entre vampiros y licántropos parecía insuperable, pero en medio de este conflicto, Edward y Jacob comenzaron a tener encuentros secretos que desafiarían todas las expectativas.
En las noches silenciosas y bajo la luz de la luna, lejos de las miradas indiscretas de sus familias y amigos, compartían sus pensamientos más profundos, sus miedos y deseos. Jacob, con su vitalidad y pasión, encontró en Edward una sofisticación y melancolía que le resultaban irresistibles. La elegancia de Edward, su piel pálida y cabello bronce, contrastaba con la fuerza y la calidez de Jacob, un licántropo lleno de vida.
Edward, a pesar de su existencia inmortal, anhelaba algo más. La eternidad a veces se volvía monótona, y Jacob representaba una chispa de cambio en su vida. Las conversaciones entre ellos iban más allá de la paz y la protección de Bella. Hablaban de sus propias luchas internas, de sus deseos más profundos y prohibidos.
La nieve seguía cayendo en el bosque, cubriendo todo con su manto blanco. En esos momentos robados, Edward y Jacob se encontraban en un mundo aparte. Sus manos se rozaban, sus miradas se entrelazaban, y la atracción crecía. Aunque ambos se resistían al principio, no podían evitarlo. El odio ancestral se desvanecía ante la fuerza de lo que sentían el uno por el otro.
Los demás miembros de la familia Cullen no sospechaban nada. Alice, con sus visiones, intuía algo, pero guardaba silencio. ¿Cómo podrían explicar esto? ¿Cómo podrían enfrentar a sus respectivas familias y manadas?
Edward y Jacob sabían que su amor era imposible, pero también sabían que no podían renunciar a él. Se encontraban en rincones apartados del bosque, bajo la luz de la luna, compartiendo besos robados y promesas secretas. La tensión entre ellos era palpable, pero también lo era la pasión.
La nieve seguía cayendo, y cada copo parecía llevar consigo una promesa. ¿Podrían superar las expectativas y encontrar la felicidad juntos? ¿Podrían desafiar la historia y crear su propio destino?
Alice, con su don de premonición, veía posibilidades infinitas. En algunas visiones, Edward y Jacob luchaban juntos, enfrentando a sus familias y manadas en busca de un amor que trascendiera las barreras impuestas por la sociedad. En otras visiones, el conflicto se intensificaba, y la tragedia acechaba.
Pero en ese momento, bajo la luz de la luna y rodeados de nieve, Edward y Jacob se aferraban a su amor. Sus manos entrelazadas eran un símbolo de esperanza, una promesa de que incluso los enemigos más acérrimos podían encontrar la redención y la felicidad.
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El Romance Prohibido de Edward Cullen y Jacob Black
FanfictionEn el pequeño y nublado pueblo de Forks, Washington, donde la naturaleza es tan densa y misteriosa como los secretos que alberga, se desarrolla una historia de amor inesperada que desafía todas las normas de la naturaleza y la tradición. Esta es la...