El Poder del Vínculo

116 6 0
                                    

Edward, acostumbrado a la frialdad de su piel de mármol y a la naturaleza implacable de su existencia vampírica, descubrió en Jacob una calidez y una humanidad que nunca había experimentado. La vida de Edward estaba llena de siglos de soledad y melancolía, pero Jacob, con su vitalidad y pasión, le ofrecía algo diferente.

 La vida de Edward estaba llena de siglos de soledad y melancolía, pero Jacob, con su vitalidad y pasión, le ofrecía algo diferente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jacob, por su parte, se sintió atraído por la complejidad y la profundidad de Edward. Reconoció en él una tristeza y una belleza que los demás no podían ver. 

Aunque sus familias y manadas eran enemigas, algo más poderoso los unía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aunque sus familias y manadas eran enemigas, algo más poderoso los unía. Sus encuentros secretos se volvieron una necesidad, una forma de escapar de las expectativas y las barreras impuestas por la sociedad.

En las noches silenciosas, bajo la luz de la luna, Edward y Jacob compartían más que palabras. Sus miradas se entrelazaban, y sus manos se rozaban. El odio ancestral entre vampiros y licántropos se desvanecía ante la fuerza de lo que sentían el uno por el otro. El bosque nevado era su refugio, su mundo aparte.

El amor entre ellos era complicado y prohibido, pero creció con cada encuentro. Se abrieron más el uno al otro, compartiendo sus miedos, sus deseos más profundos. Edward, con su elegancia y tristeza, encontró en Jacob una chispa de vida que lo atrapó. Jacob, con su fuerza y pasión, vio en Edward algo más allá de su inmortalidad.

La nieve seguía cayendo, y cada copo parecía llevar consigo una promesa. ¿Podrían superar las expectativas y encontrar la felicidad juntos? ¿Podrían desafiar la historia y crear su propio destino?

Alice, con su don de premonición, veía posibilidades infinitas. En algunas visiones, Edward y Jacob luchaban juntos, enfrentando a sus familias y manadas en busca de un amor que trascendiera las barreras impuestas por la sociedad. En otras visiones, el conflicto se intensificaba, y la tragedia acechaba.


Pero en ese momento, bajo la luz de la luna y rodeados de nieve, Edward y Jacob se aferraban a su amor. Sus manos entrelazadas eran un símbolo de esperanza, una promesa de que incluso los enemigos más acérrimos podían encontrar la redención y la felicidad.


El Romance Prohibido de Edward Cullen y Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora