La batalla había terminado, y con ella, la amenaza que había acechado a Forks durante tanto tiempo. Una paz renovada se asentó sobre el pueblo, trayendo consigo un respiro necesario para todos los involucrados. Las heridas de la batalla, tanto físicas como emocionales, comenzaron a sanar mientras la comunidad sobrenatural trabajaba junta para reconstruir y recuperar lo que se había perdido.
El amanecer de un nuevo día en Forks fue recibido con una mezcla de cansancio y esperanza. Los Cullen y la manada se dedicaron a reparar las casas y los refugios que habían sido dañados durante el asedio. Las brujas de Morgana, antes de partir, habían dejado un rastro de magia curativa que aceleró la recuperación de los heridos y fortaleció las defensas del pueblo.
En el corazón del bosque, cerca del claro donde tantas veces se habían reunido, Edward y Jacob se encontraron para una conversación privada. El aire estaba lleno del canto de los pájaros y el susurro de las hojas, una música tranquila que contrastaba con el caos reciente.
"Es difícil creer que todo esto haya terminado," dijo Edward, mirando hacia el horizonte. Su mirada era serena pero introspectiva, reflejando los pensamientos profundos que lo ocupaban.
"Lo sé," respondió Jacob, transformado de nuevo en su forma humana, con una sonrisa cansada pero genuina en su rostro. "Pero lo hicimos. Juntos."
Ambos hombres se sentaron sobre una roca, observando el bosque que habían protegido con tanto sacrificio. Su amistad, forjada en el fuego del conflicto, se sentía más fuerte que nunca. La rivalidad que una vez había definido su relación ahora parecía una sombra lejana, reemplazada por un respeto mutuo y una comprensión profunda.
"¿Te acuerdas de cuando todo esto empezó?" preguntó Edward, sonriendo levemente. "Nunca pensé que llegaríamos a este punto."
Jacob asintió, su expresión seria. "Yo tampoco. Pero ha sido un viaje increíble. Y no lo cambiaría por nada."
La conversación se volvió más profunda mientras reflexionaban sobre los desafíos que habían enfrentado y los amigos que habían perdido. Hablaron de Emmett y Leah, honrando su memoria y prometiendo no olvidar sus sacrificios. La reconstrucción de Forks no solo era física; también era un proceso de sanar las heridas del alma.
Mientras el sol subía más alto en el cielo, iluminando el bosque con un brillo dorado, Edward y Jacob se levantaron, sintiendo una nueva determinación. Sabían que la paz que habían alcanzado era frágil y que debían estar siempre preparados para proteger su hogar y a sus seres queridos.
"Prometemos seguir protegiendo este lugar," dijo Edward, extendiendo su mano hacia Jacob.
Jacob la tomó con firmeza, sus ojos brillando con resolución. "Juntos," afirmó. "Siempre juntos."
El compromiso que sellaron en ese momento era más que una simple promesa; era un juramento de lealtad y amistad que trascendía las diferencias y los desafíos. Unidos, los Cullen y la manada podían enfrentar cualquier adversidad que el futuro les deparara.
De vuelta en el pueblo, la vida comenzaba a normalizarse. Los habitantes de Forks, humanos y sobrenaturales por igual, empezaron a reconstruir y celebrar la nueva era de paz. Las cicatrices del conflicto permanecerían, pero también servirían como recordatorio de la fuerza y la resiliencia de su comunidad.
Bella, Alice, Carlisle, Esme, Rosalie y el resto de los Cullen se unieron a Jacob y su manada en una ceremonia de conmemoración y esperanza. Se reunieron en el claro, bajo el cielo estrellado, para honrar a los caídos y celebrar la vida y la unión que habían logrado preservar.
Morgana y las brujas, aunque ya se habían marchado, dejaron un legado de sabiduría y poder que seguiría guiando a Forks en los tiempos venideros. La alianza que habían formado se mantenía firme, una red de protección que aseguraba que cualquier futura amenaza sería enfrentada con una fuerza unida.
El capítulo final de esta saga de lucha y amor se cerraba con un sentido de satisfacción y esperanza. La calma después de la tormenta era un tiempo de sanación y renovación, un momento para reflexionar sobre lo que habían ganado y perdido.
Edward y Jacob, ahora más que nunca, estaban preparados para enfrentar el futuro, confiando en la fortaleza de su amistad y en la comunidad que habían jurado proteger. Forks había resistido la oscuridad, y aunque el camino adelante podría tener nuevos desafíos, sabían que juntos podían superarlos.
La paz reinaba en Forks, y con ella, una promesa de un futuro brillante y seguro, forjado en el fuego del conflicto y fortalecido por el amor y la lealtad compartidos.
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El Romance Prohibido de Edward Cullen y Jacob Black
Fiksi PenggemarEn el pequeño y nublado pueblo de Forks, Washington, donde la naturaleza es tan densa y misteriosa como los secretos que alberga, se desarrolla una historia de amor inesperada que desafía todas las normas de la naturaleza y la tradición. Esta es la...