El Romance Prohibido de Edward Cullen y Jacob Black

Temporada 2, Capitulo 14: La Batalla por Forks

Las primeras luces del amanecer apenas se asomaban cuando Forks fue sacudida por una explosión ensordecedora. El rugido de las criaturas resonó a través de los bosques y las calles del pueblo, marcando el inicio de una batalla que determinaría el destino de todos. Las defensas que habían construido se tambalearon bajo el asalto inicial, y el caos se desató.

Edward y Jacob, conscientes de la gravedad de la situación, rápidamente asumieron el liderazgo. "¡A sus posiciones!" gritó Edward, su voz cortando a través del ruido de la batalla. Con una velocidad impresionante, se lanzó al frente, liderando a los vampiros en un contraataque feroz. Jacob, en su forma de lobo, aulló para reunir a la manada, quienes corrieron a enfrentar a las criaturas con dientes y garras.

Las calles de Forks se convirtieron en un campo de batalla sangriento. Las criaturas, lideradas por su nuevo y oscuro comandante, atacaban con una coordinación y fuerza que desafiaban la imaginación. Los vampiros y licántropos luchaban con todo su poder, pero la marea de enemigos parecía interminable. Los rugidos y gritos de combate se mezclaban con el estruendo de los edificios derrumbándose y el crepitar de las llamas.

Alice, aunque sus visiones seguían siendo limitadas, se movía por el campo de batalla con una gracia y precisión increíbles, anticipando ataques y alertando a sus compañeros de peligros inminentes. Jasper, a su lado, utilizaba su habilidad para manipular emociones, intentando mantener el miedo a raya y la moral alta entre los defensores.

Bella, protegida por el escudo de Edward, luchaba con determinación, utilizando su inteligencia y habilidades para coordinar las defensas y asegurar que los civiles estuvieran a salvo. Carlisle, con su vasta experiencia médica, se movía entre los heridos, proporcionando atención vital y asegurando que los combatientes pudieran seguir luchando.

Elian, a pesar de su edad, utilizaba su conocimiento de la magia para crear barreras y lanzar hechizos que repelían a las criaturas. Morgana y su clan de brujas, junto a él, conjuraban poderosos encantamientos que mantenían a raya a los enemigos, pero sabían que sus fuerzas eran limitadas.

En el corazón del combate, Edward y Jacob se enfrentaron directamente al comandante oscuro. Este ser, envuelto en sombras, poseía una fuerza y agilidad aterradoras. Cada golpe y ataque que lanzaba era letal, y solo la unión de Edward y Jacob les permitía mantenerse a la par.

"¡No retrocedan!" rugió Jacob, su voz resonando a través del campo de batalla. Sus palabras infundieron coraje en los corazones de sus aliados, quienes redoblaron sus esfuerzos. Edward, con sus sentidos agudos, buscaba cualquier debilidad en su oponente, sabiendo que la clave para la victoria estaba en derrotar a este líder oscuro.

La lucha fue brutal y agotadora. Los aliados caían, heridos o peor, mientras la batalla se prolongaba. La desesperación comenzaba a cernirse sobre ellos, pero Edward y Jacob, impulsados por la necesidad de proteger a sus seres queridos y su hogar, luchaban con una ferocidad inquebrantable.

En un momento de claridad, Edward vio una apertura. "¡Ahora, Jacob!" gritó, lanzándose hacia el comandante oscuro con una velocidad cegadora. Jacob, sincronizado perfectamente, atacó desde el otro lado. Juntos, sus ataques combinados atravesaron las defensas del enemigo, hiriéndolo gravemente.

El comandante oscuro soltó un rugido de dolor y furia, pero antes de que pudiera recuperarse, Elian lanzó un poderoso hechizo que lo atrapó en un campo de energía. "¡Termínenlo!" exclamó, sus fuerzas agotándose. Edward y Jacob, aprovechando el momento, lanzaron un ataque final que derribó al comandante oscuro, desintegrándolo en una nube de sombras.

Con la caída del líder, las criaturas restantes vacilaron y comenzaron a dispersarse. La marea de la batalla cambió, y los defensores de Forks, impulsados por la esperanza y la determinación renovada, contraatacaron con una fuerza imparable. Poco a poco, las calles de Forks se despejaron de enemigos, y la calma comenzó a regresar.

La victoria, aunque lograda con gran sacrificio, había sido alcanzada. Edward y Jacob, cubiertos de heridas pero triunfantes, se miraron con una mezcla de alivio y cansancio. "Lo hicimos," dijo Edward, su voz llena de gratitud.

"Sí," respondió Jacob, transformándose de nuevo en humano. "Pero no sin pérdidas."

La comunidad sobrenatural de Forks, unida por la adversidad, comenzó a atender a los heridos y a reconstruir. Elian, aunque exhausto, ofreció palabras de sabiduría y esperanza, recordándoles que, aunque la batalla había sido ganada, la guerra por la paz y el equilibrio nunca terminaba realmente.

Forks había resistido otro asalto, y su gente había demostrado una vez más que, unidos, podían enfrentar cualquier desafío. Edward y Jacob, con su amistad y alianza más fuerte que nunca, se comprometieron a seguir protegiendo su hogar, sabiendo que, mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier oscuridad.