Teacher's Pet. || Drarry

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  El día comenzaba. Draco se despertó primero, beso la cabeza de su pequeño y lo dejo dormir, se levantó para arreglarse, necesitaba terminar un par de trabajos, como sabía que tenía asegurada una hora más, estaba tranquilo. Hoy al ser su aniversario, tenía pensado en ir a Hogsmeade con el menor, era normal tal vez salir con un profesor, es decir, no era malo.. Iban a intentar no ser vistos de todas formas.

  Hizo sus cosas y se quedo leyendo en su sofá, luego de 30 minutos, unos pasos se escucharon saliendo del cuarto. El pelinegro iba con los ojos casi cerrados hasta su acompañante, sentándose en sus piernas una vez que pudo, abrazándolo fuerte, para volver a cerrar los ojos.

-Buen día, bebé..- Mencionó el rubio con ternura, correspondiendo a la acción.

  El otro no respondió, supuso que estaba dormido. Solía hacer eso cuando no lo sentía cerca, lo buscaba y se volvía a dormir. Era como un niño. Mientras le acariciaba la espalda, el adulto, seguía leyendo. Luego de 10 minutos más, ya por fin despertó soltando un quejido por lo bajo.

-Mmmm.. Papi..- Susurró, acurrucándose.

-¿Qué pasa, mi amor?.- Le corría algunos cabellos del rostro.

  Nuevamente no respondió, le sacó una risa al alto y le agarro el rostro con suavidad para mirarlo. Seguía con los ojos cerrados, pero estaba despierto.

-Amor, ya es tarde, deja de dormirte.- Rió más, besandolo.- Hoy tenemos que festejar, eh..

-Dray, ya, solo piensas en eso, mi cuerpito no aguanta tanto.- Hizo un puchero, abriendo sus ojos del todo.

-Tendrá que hacerlo, pequeño. Tienes que satisfacer a tu papi, ¿No?.- Le acaricio sus muslos, el menor se sonrojó y se paro.

-S-Si, pero no ahora.. Debo irme, tengo clases con él profesor Snape, Drey.. Nos vemos luego, ¿Si?.- Mencionó apurado una vez que recordó que no había vuelto a su habitación anoche. Se estaba dirigiendo apuradamente a la puerta, sin embargo fue detenido. 

-Potter, te quedas ahí.- El rubio habló serio. Nunca lo llamaba por su apellido a no ser que estén en clases.- ¿A dónde tan apurado?.- Se le acercó al verlo quieto.

-Draco, en serio.. Debo irme... Her y Ron no me han visto desde ayer..- Le respondió algo apurado.

-No me interesa. Te despides de mi primero.- Lo agarro de la cintura fuerte y lo beso desesperado. Duro varios minutos, hasta que el de lentes se alejo.

-Papi, ya.. Te amo, feliz aniversario.. A la tarde vuelvo.- Sonrió tierno y se fue corriendo. El otro se quedó pensando. Lo adoraba. Debía preparar algún regalo más grande para su niño.

  Cuando Harry pudo volver a la sala Gryffindor, no había nadie, excepto Ginny Weasley, la hermana de Ron. Nadie sabía que la chica estaba enamorada de él. En cuanto lo vio, dudo en acercarse, pero como el otro ni la miro, prefirió hacerlo luego. Por otro lado, el pelinegro estaba apurado por cambiarse e irse al salón de clases.

  Hizo ciertas actividades y una vez que terminaron, se fueron al comedor. Agradecía que ninguno de sus amigos preguntó nada, no tenía ganas de mentir. Mientras comían, la hermana del pelirrojo se acercó.

-Ginny, olvidé que estabas aquí.- Mencionó Ron, sonriendo apenado.- Siéntate junto a Harry y come algo.. No le digas a mamá que no te recordé...

-No pasa nada, Ronald..- Respondió ella, sentándose donde le dijo. Saludo a Her y a Harry. El último mencionado estaba distraído mirando a su pareja quien estaba hablando con una profesora nueva de Herbología, así que ni siquiera se dio cuenta de que la chica había llegado.

-¿Hace cuanto que tenemos esa profesora en Herbología?.- Pregunto luego de un rato.

-Desde.. ¿Siempre? Estas muy perdido, Harry.- Rió Mione.

-Oye, Harry.. ¿Podemos hablar?.- La pelirroja le tocó el hombro, llamando su atención.- Afuera de aquí..

-Eeemm.. C-Claro, Ginny.- Acepto y salieron del lugar. Ninguno se percato de que Malfoy los estaba viendo y que en cuanto salieron, él también estaba yendo cerca. -¿Qué sucede?.- Habló en cuando quedaron "solos".

-Bueno.. Es algo que hace tiempo quiero decirte..- Murmuró ella.- Sé que tal vez te parezca muy extraño.. Pero..- Suspiro.- Harry, me gustas y quisiera que al menos salgamos juntos a algún lugar.. Solo si quieres.

  En cuanto dijo eso, el de ojos verdes no supo que responder, claramente no le gustaba, pero no tenía palabras poco dolorosas. Fuera de ellos, Draco también lo escucho, le hervía la sangre, no iba a dejar que una niña se le lance a SU chico. Sin pensarlo, apareció tras de Harry y quedó en medio de ambos.

-Potter, a mi oficina. Weasley, vuelve al comedor.- Miro serio, yéndose. Su pareja sabía lo que sucedía. Suspiro y miro con pena.

-Lo siento, Ginny.. No creo que podamos.. Adiós.- Se fue rápido, tratando de no demorar. En cuanto estuvo en el lugar, entró y vio a Malfoy apoyado sobre su escritorio con los brazos cruzados y su cara de pocos amigos.- A-Amor..- Murmuró.

-Así que la comadreja menor esta enamorada de ti, ¿No?.- Su tono de voz era frío.

-Si, pero le dije que no..- Susurró nervioso.- No te puedes molestar por eso. A-Además.. Tú estabas hablando con esa profesora.- Se cruzo igual de brazos con un puchero. 

  El rubio Soltó una risa, era obvio que no le molestaba que Weasley le haya dicho eso, sabía que Harry no iba a aceptar, pero le gustaba asustarlo. Y también le gustaba cuando se ponía celoso, era la ternura en persona.

-Mi amor, tengo que hablar con los maestros, es mi trabajo.- Sonrió y se dirigió a abrazarlo.

-Pero.. ¿Y si son mejores que yo y.. Más maduras.. Y te das cuenta de que quieres estar con los demás?..- Preguntó con un tono triste. Harry admitía que le daba miedo eso, sabía que su edad era muy diferente y que tal vez no era tan maduro como su pareja, quien le pasaba por 15 años.

-Hazz, ¿Por qué dices eso?.. Sabes que jamas te voy a dejar, no me interesa que tan maduras sean, yo te amo a ti por tu inocencia, tu ser entero es lo que me enamora, no vuelvas a decir eso. Eres lo único que me importa en esta vida, tu existencia completa la mía. Sin ti no soy nadie, ¿Si? Te amo, mi amor, en verdad, nunca dudes de eso.- Le dejo un dulce beso, acariciándole su espalda.

-Perdón.. Te amo muchísimo, Dray..- Murmuró una vez que se separaron. Tal vez no es mucho, pero esas pocas palabras le generaban una gran confianza entre sí, estaban seguros con el otro, no debían dudar de absolutamente nada. Su amor era valioso y fuerte, sinceramente era todo lo que necesitaban.

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