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Dos días habían pasado desde que Draco había hablado demás con Oliver, aunque hasta ahora parecía no haber pasado nada, sin embargo no quiso decirle a Harry, ya que supuso que era en vano preocuparse.

La mañana comenzaba para la pareja en el cuarto del rubio, quien se levantó primero, yendo a bañarse, para luego corregir algunos trabajos. El menor se levantó luego de 30 minutos, se cambió y se acercó al otro.

-Buen día, Dray.- Sonreía un poco, dándole un beso en la mejilla.

-Buen día, mi amor, ¿Dormiste bien?.- Lo agarro para poder abrazarlo, sintiendo como asentía lento.- ¿Paso algo?

-Draco.. Yo.. El profesor Wood ayer me dijo algo..- Murmuró por lo bajo.

-¿Qué cosa? ¿Por qué no me dijiste en el momento?.- Lo miro preocupado, sabía que era lo que le pudo decir.

Antes de que el pelinegro pueda responder, la puerta de la oficina fue abierta repentinamente. Del otro lado estaba el profesor mencionado, quien tenía su varita en mano, con la que abrió la puerta, junto a Dumbledore, McGonagall y Greengrass. Potter se alejo de inmediato y la cara de ambos se transformo en miedo interno.

-Profesor Malfoy, ¿Que es esto?.- Habló el anciano entrando al lugar.- ¿Potter, que haces aquí?.

-Yo le pedí que venga, tenia que entregarme sus tareas, Albus. ¿Hay algo de malo?.- Respondió el blondo, tratando de sonar serio.

-¿Era necesario que lo tengas abrazado, Malfoy?. No lo escondas. Repite lo que me dijiste ante noche. ¿Hace un año y cuanto están juntos?.- Wood hablo, Harry abrió su boca sorprendido pero com miedo, mirando a su pareja, buscando una respuesta.

-¿Es eso cierto?.- Minerva pregunto con asombro. Nunca habían pasado por un caso así.

-Señor Malfoy, ¿Usted está consciente de eso? Si es verdad.. ¿Cómo se puede meter con un menor de edad? Es un alumno, es una falta de respeto hacia Hogwarts.- Dumbledore se acercó a él amenazante.

-¡¡No es su culpa!! Es mía, yo quise meterme con él.- El menor de todos se interpuso, dejando el doble de sorprendidos a todos.

-Harry, no.- Draco lo quiso alejar, pero no logró nada.

-Déjame. Yo inicie todo, director Dumbledore. Desde que él llegó, me llamó la atención, logré que me vaya mal en su materia y así conseguí su ayuda, después...- Quedo en blanco, no mentía, pero no sabía que decir.- Nos enamoramos..

-Yo se lo dije, Dumbledore. Sin embargo no me creyó. Eres un pervertido, Malfoy.- Astoria miraba con desprecio a los dos.

-Cierra la boca, Greengrass.- El rubio la miró.- Se que esta mal, pero lo amo. Dumbledore, tiene que entenderlo.- No sabían de qué forma justificarse, realmente estaba mal.

-Oh, yo lo entiendo, Draco. Pero el ministerio no.. Es un niño de 17 años. Es algo prohibido y lamento infórmate pero serás despedido por cometer esto. Si fuera alguien verdaderamente malo, te enviaría a Azkaban, pero comprendo que fue mutuo. Así que para mañana tienes que irte.- Suspiro.

El menor sentía sus ojos llorosos, no lo podía creer, de hecho, ni el blondo lo creía. Perdió su trabajo por estar con alguien que ama, no sabía como reaccionar, lamentablemente tenía que aceptarlo. Una sonrisa se formaba en Oliver y Astoria, era lo que querían.

-¡¡¡No puede hacer eso, por favor!!!.- El de ojos verdes sollozaba, enfrentando al director, quien solo negaba.

-Mi amor..- Malfoy le susurro agarrandolo de los hombros para alejarlo.- Me iré. Pero es no significa que deje a Harry. Se pueden retirar de mi oficina.- Los miró mal a todos, yéndose a su cuarto con su novio, quien no podía dejar de llorar, para sentarse en la cama.

-No te puedes ir... No me dejes ahora, Draco.. No puedo estar sin ti..- Murmuraba. Se abrazaban fuertemente, sin ganas de soltarse.

-Bebé, escucha, no vamos a terminar.. Solo me iré, ¿Si? Te estaré esperando en Londres..- Trataba de consolarlo, siendo en vano, el menor negaba, sin parar su llanto.

-No es lo mismo, te necesito aquí.. Es mi culpa..- Seguía. No había nada que los mejore.

-Nada es tu culpa, Harry.. Tenemos una hermosa relación, mi amor.. No vamos a permitir que esto nos aleje. Era obvio que iba a pasar.. Pero podremos pasar las vacaciones juntos, te voy a esperar..- Susurraba. Iba a mentir si decía que no le rompía el corazón verlo así. En parte fue su culpa, si no hubiera dicho nada, seguirían como siempre.

Las horas pasaron, Potter no se había ido, miraba sentado en la cama como el otro preparaba su maleta, secando a cada segundo varias lágrimas que salian de sus ojos. Le dolía demasiado el alejarse. Sin embargo, pensó algo, tal vez no era lo correcto pero ya no le importaba. Tomó valor y se levantó, ganando la mirada de su pareja.

-Y-Ya vengo, papi..- Sonrió un poco, sin ganas en verdad.

-¿A dónde...- Se quedó con la pregunta en la boca, el otro había salido casi corriendo, no lo siguió, terminó de guardar sus cosas y se sentó a fumar para relajarse.

El pelinegro había tomado camino hacia la oficina de Dumbledore, entró sin tocar y se le ganó enfrente.- Me voy. Si Draco se va, yo también y sé muy bien que eso implica no volver nunca más, pero lo amo y es la peor injusticia que han hecho. Ninguno de ustedes sabe lo que es amar.- Habló firme, aunque terminó soltando algunas lágrimas.

-Potter.. Yo también tuve un amor prohibido y sé lo difícil que es, pero yo no decido que él se vaya, es el ministerio. Lo lamento en verdad.. Y si quieres irte.. Te deseo lo mejor junto a tu.. Pareja.. Sé cuando el corazón funciona más que la cabeza.- Habló sincero.

El otro no quiso responder, se fue de inmediato a su cuarto a preparar su maleta. Entró y sus amigos estaban ahí, los ignoro y se dirigió a guardar todo.

-¿Es cierto, Harry? ¿Estás con el profesor.. Malf..- Ron fue interrumpido.

-Si, Ron, si, ¿Y? ¿Quien les dijo? Mejor dicho, ¿Quien te dijo? Hermione sabía todo desde hace tiempo. Gracias por esconderlo. Aunque ya no importe.- Hablaba con. Cierta molestia, sus sentimientos se estaban mezclando.- Me voy de Hogwarts.. Los veré en las vacaciones.. Gracias por ser mis amigos todos estos años, pero no voy a seguir sin él..- Murmuró.

-Si tu corazón pide eso, esta bien, Harry... Se feliz..- Her lo miraba con una sonrisa sincera.

-Vaya.. Yo.. Espero que estés bien entonces.. Te vamos a extrañar..- Hizo un leve puchero el joven.

Los tres se abrazaron, estaban haciendo una despedida que jamás imaginaron. Luego de eso, Potter se acercó a la oficina del adulto y entró sin más con su maleta.

-¿Harry? ¿Qué haces?.- Lo miro sorprendido, mientras apagaba el cuarto cigarrillo que llevaba por los nervios.

-Me voy contigo, ya hable con Dumbledore, Dray.. Sin ti no quiero seguir aquí, se todo lo que pierdo, son mis estudios, pero no me interesan.. Quiero vivir en Londres, contigo..- Murmuraba con cierta tristeza.

-Te amo, mi amor.. Te prometo que te daré la mejor vida posible, aunque estemos en un mundo de sangres sucias inmundas.- Rieron por lo bajo y se abrazaron.

Para la medianoche ambos habían decidido irse, sin siquiera despedirse de nadie más. No necesitaban de nadie, solos iban a estar mejor. El viaje fue silencioso. Harry se había dormido y el otro solo pensaba. No podía creer como fue que llegó amar tanto a un chico al punto de dejar su trabajo, no se arrepentía. Por su pareja era capaz de todo y más, lo amaba y dejarlo era su pesadilla. Tal vez en un mundo Muggle puedan ser felices, con la compañía de sus padres. No hacía falta nada más que la presencia del otro. Hogwarts era lo mejor del mundo, pero si alejarse del menor pertenecía a eso, no lo iba a aceptar.

Finalmente a la mañana siguiente llegaron, inmediatamente se fueron a su hogar, no querían que Nar o Lucius se enteren aún, iban a esperar. Así que llegaron, ordenaron sus cosas y se dedicaron a descansar, su rutina de hoy en adelante iba a cambiar, iban a tener que acostumbrarse, pero eso después. La armonía que sentían juntos era lo que importaba.

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Teacher's Pet. || Drarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora