18. Viviendo entre las sombras.

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Jamás quieras declarar tu amor. Amor que jamás declarado ha de ser; pues el viento suave sopla silencioso, invisible.

—William Blake.

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Las leves quemaduras en su pelaje ardían como brasas, no podía esperar más a salir de aquel infierno, mismo donde se veían envueltos Espio y él. De todos los universos recorridos en el tiempo, ese era sin duda el peor, siendo perseguidos por extrañas aves que no volaban pero que se arrastraban velozmente con sus garras, patas y extrañas extremidades que sobresalían de su cuerpo, eran amorfos, unos ni siquiera tenían ojos y aun así podían rastrearlos. No sólo eran aves, también había plantas carnívoras y un sin fin de lagartos siniestros.

Con agilidad, Espio cruzó de una roca a otra entre una grieta profunda, mirando hacia atrás esperando por Silver, quien volaba audaz y sin miedo, pero no contó que un ave rapaz lo atrapara de una pierna y lo hiciera perder el control de su poder, haciéndolo tropezar y estar a punto de caer en la gran grieta, Silver le lanzó una onda de poder que envió lejos al ave y a su era salvado por la cola de Espio enredada en su cintura, llevándolo de vuelta a su lado y evitando que descendiera. Fue en un abrir y cerrar de ojos que cuando se dio cuenta había caído encima del camaleón, Espio también abrió los ojos y el erizo plata se quitó de inmediato, antes de que su amigo descubriera su sonrojo. El ninja estaba en las mismas, cuando el peso de Silver lo abandonó, se incorporó para levantarse tan rápido como su cuerpo lo pedía, tomando de los brazos a Silver y levantándolo también.

—Debemos irnos ahora, Silver. ¿Tienes la esmeralda?

Una vez de pie, el erizo la buscó en sus púas y una vez la tuvo en su mano, cerró los ojos concentrándose en su poder.

Otro grupo de aves se acercaban ferozmente a ellos, Espio les lanzó un par de estrellas ninja, mirando de reojo a su amigo invocar el Control del Caos y no fue hasta que vio brillar la esmeralda que lo tomó del hombro en un agarre firme.

—¡Caos Control! —gritó Silver, bañándose en una luz blanca y desapareciendo ambos del lugar.

Si bien, ya había dominado más la técnica, aún existían partes mal maquetadas que le provocaban ser escupido en sitios random, pero no tan lejos de su destino original. Tal y como en ese momento, que al parpadear se encontraban cayendo de lleno en algunos arbustos de una zona urbana. El golpe fue tal que ambos gritaron de dolor cuando sus cuerpos tocaron el suelo junto a los matorrales. Silver rodó hasta que su espalda finalmente tocó el pasto, Espio permaneció boca abajo con los ojos cerrados, ambos intentando recuperar el conocimiento después de la caída.

—Lo siento, todavía estoy tratando de dominar la técnica. —se disculpó Silver con diversión, abriendo los ojos para girar su cabeza y observar a su amigo a un metro de él.

—No te preocupes, no siempre tengo caídas tan emocionantes.

Ambos rieron y con extremidades doloridas se levantaron.

—Creo reconocer está área, si mi orientación es correcta estamos a quince minutos de la agencia. —dijo Espio mirando a su alrededor. Después su mirada fue a parar en el erizo plata que veía con molestia la esmeralda en sus manos, se acercó hasta él y le tomó por el hombro.

Silver lo miró de vuelta y una mueca cosió sus labios, estaba decepcionado por el fracaso de su misión de al menos dos meses y medio. Pérdida total de tiempo, tiempo que claramente no tenía.

—Oye, vamos a encontrarlo y cuando lo hagamos no habrá poder en mundo que lo haga escapar. Te lo prometo.

La mueca de desilusión fue reemplazada por una suave sonrisa y asintió.

𝖳𝗁𝖾 𝖲𝗁𝖺𝗋𝗉𝖾𝗌𝗍 𝖫𝗂𝗏𝖾𝗌 || 𝙏𝙞𝙩𝙖𝙣𝙞𝙪𝙢》𝑺𝒉𝒂𝒅𝑨𝒎𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora