𝖳𝗁𝖾 𝖲𝗁𝖺𝗋𝗉𝖾𝗌𝗍 𝖫𝗂𝗏𝖾𝗌 || 𝙏𝙞𝙩𝙖𝙣𝙞𝙪𝙢》𝑺𝒉𝒂𝒅𝑨𝒎𝒚

19. There was time.

"No puedo decirte el día que me enamoré de ti porque no hubo un solo día que no lo hiciera. Tienes las partes más puras de mi corazón y estoy seguro de que en cada universo alternativo, siempre, siempre estaré enamorado de ti".

—Krista&Becca Ritchie (Addicted After All)

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El mar de colores, formas y tamaños impregnaban sus pupilas en un deleite precioso destinado a ser un obsequio. El perfume de cada flor era un beso suave a las fosas nasales de los consumidores; en este caso, para Shadow.

—Aquí tienes tu arreglo floral. Esperamos sea de tu agrado. —dijo una joven al entregarle un precioso ramo compuesto de lavandas, algunas rosas acompañantes y lantanas. Las flores favoritas de Shadow y Amy juntas.

Shadow pagó y agradeció su compra a la par de la atención otorgada. Y si bien, su lado romántico estaba un poco descuidado no impedía que tuviera detalles con Amy en cada ocasión que podía y particularmente hoy, dado que la culpa de no poder estar tanto tiempo con ella durante el día, exceptuando días libres, le llenaba el corazón de estalactitas.

En frente de la acera, su preciada moto lo esperaba, sabía que tendría que conducir con la destreza de siempre si llevaba sujeto el arreglo floral, porque bien podía utilizar su Caos Control para transportarse en un santiamén, pero había ocasiones donde no deseaba hacerlo, siendo este día uno de ellos. Además, conducir y admirar la vista lo relajaba siempre, le permitía profundizar en su mente y ordenar sus ideas. 

El cielo en su cabeza dejaba ver nubes en movimiento que se desplazaban a gran velocidad por el viento, muchas de ellas coloreadas en gris y desesperadas por reventar. Tenía que darse prisa antes de que la lluvia lo alcanzara y no por él, sino porque quería evitar a toda costa que el ramo de flores se viera arruinado, eran días donde el sol no circulaba como de costumbre, pero también era un clima que recibía encantado.

Mientras esperaba en un semáforo con la luz roja, observó a una pareja de humanos que llevaban a un pequeño niño de las manos mientras cruzaban por el paso de cebra. Fue ahí que un peso extraño se instaló en su corazón. El niño caminaba tan feliz, observando a sus padres, mismos que lo miraban como si su mundo estuviera concentrado en él, de repente, el niño volteó a verlo y le sonrió con su diminuto par de dientes de leche. Los ojos de Shadow se abrieron más y el calor en su pecho se desbordó, si aquello era lo iba sentir cuando su hijo o hija hiciera lo mismo, estaba perdido. No solía decírselo a Amy abiertamente, pero estaba emocionado, no tan preocupado como en un inicio, pues observar su entorno, a la humanidad, a los de su especie, todos han tenido hijos a lo largo de la historia, no era algo nuevo, sin embargo, claro que lo era para él.

La luz en verde lo obligó a continuar su camino y prestar atención al frente y miró por una brevedad de segundo la joyería a su izquierda, en donde sus grandes ventanales plasmaron su poderoso reflejo. Todavía recuerda el día que ingreso por primera vez a un lugar así.

Era tarde aquel día, habían salido antes de G.U.N al terminar una misión importante y Rouge le rogó que la acompañara a recoger sus joyas de importación.

—¿No podía venir Knuckles contigo? —preguntó Shadow mientras guardaba el resto de las armas en el almacén.

—Tenía cosas importantes que hacer en Angel Island, además no pierdes nada en venir conmigo.

—Solo mi tiempo. —bromeó, aunque en parte era verdad.

—Oh vamos, la joyería está de camino, y tu moto todavía está en el taller.