En plena noche en la ciudad de Vale, cuando todos dormían y se preparaban para el día siguiente, se podía escuchar a dos mujeres hablando en un modesto apartamento de dos habitaciones. Sin embargo, de lo que estaban hablando en realidad sólo era convincente para una de las partes de la conversación.
“¡Vamos Cuervo! ¡Todos estarán allí! ¿De verdad quieres ser el único que queda fuera?
Acostada en su cama junto a su amiga más cercana, Raven le habló inexpresivamente a la mujer molesta. "¿De verdad me acabas de hacer esa pregunta, Summer?"
"¡Uuuggghhh! ¡¿No puedes ser feliz sólo por un día?!" Summer levantó las manos en el aire con frustración antes de dejarse caer hacia atrás y abrazar una almohada contra su pecho. Raven sintió que su pequeño berrinche sólo la hacía parecer adorable, en todo caso, pero nunca diría eso en voz alta.
"Estoy feliz, Summer. Pero no lo seré si me obligan a ir a alguna estúpida fiesta donde todos intenten superarse unos a otros".
A lo que Summer estaba tratando de convencerla de ir era a una fiesta de Navidad organizada por uno de sus amigos en común, o más bien, un conocido en el caso de Raven. Ella había estado en fiestas así antes y siempre era lo mismo. Tenían veintitantos años y, sin embargo, sus compañeros todavía actuaban como si estuvieran todos en Beacon. Incluso su hermano a veces actuaba como si todavía fuera un niño sin responsabilidades que busca emociones fuertes.
En realidad, sin embargo, ella iba a ir al final, no había manera de que dejara que Summer fuera sola a algo así. Pero tenía que ser al menos un poco difícil, de lo contrario no sería Raven Branwen.
"Bueno, ¿sabías que cierta persona estará allí?" Las palabras de Summer pusieron fin instantáneamente a sus molestos pensamientos. En cambio, fueron reemplazados por los de un molesto hombre rubio; y no, ella no estaba pensando en Tai.
"¿Y cuántas veces tengo que decírtelo Summer? No pasa nada entre Naruto y yo", dijo, mirando a la mujer que ahora sonreía. Sólo pensar en ese bufón insufrible hizo que su molestia aumentara.
"¿Ohhh? Pero ni siquiera dije su nombre. Qué curioso, en verdad", se rió Summer, moviendo las cejas mientras observaba a Raven enojarse. "Además, ¿nada entre ustedes dos? ¿Qué pasa con ese día que te atrapé-Mmmph!"
"¡Muy bien!" Raven gritó, sus pálidas mejillas se tiñeron de un profundo tono rojo mientras cubría la boca de Summer con sus manos. "¡Iré! ¡Cállate ya! Además, todavía tenemos que darle su regalo".
A pesar de que su boca estaba indispuesta, la sonrisa victoriosa que Summer tenía en su rostro era más que obvia para la mujer de cabello oscuro por la forma en que sus ojos se iluminaban.
'Juro que esta mujer sólo quiere verme sufrir...'
Música a todo volumen, luces intermitentes y los sonidos de cientos de conversaciones fueron lo que saludaron a Summer y Raven cuando entraron al gran lugar donde se estaba llevando a cabo la fiesta. Como era una fiesta de Navidad, las festividades estaban en su punto más alto. Árboles de Navidad se alineaban en las paredes, lámparas en forma de carámbanos colgaban del techo y todos estaban vestidos de rojo, blanco o verde, o a veces incluso una combinación de cualquiera de esos tres.
Cuervo no fue la excepción.
Vestida como quienes la rodeaban, solo que con su propio estilo, se sentía expuesta mientras la falda corta roja con pelusa blanca en los bordes que Summer había elegido para ella subía por sus muslos con cada paso que daba. Eso, en combinación con el top corto a juego y los tacones altos hasta los tobillos que llevaba, Raven se sentía como una auténtica azada.
