Hay amores que están destinados a repetirse, que en todas sus vidas están sentenciados a encontrarse, algunas veces el hilo del destino nos entrelaza a una persona, pero ¿qué pasa cuando ese vínculo no es único? Y peor aún ¿Qué haces cuando en medio...
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Eran las siete treinta de la mañana cuando Levi entró a las instalaciones, había coordinado con Mike qué empezarían a las ocho, así que lo más probable es que ya estuvieran despiertos. Al entrar, contrario a los que pensó, el silencio inundaba el lugar, caminó hasta la sala y vio a Aru junto a Mike dormidos en el sofá, únicamente se tocó el entrecejo y fue por un vaso de agua helada. Al volver, vació el contenido en la espalda de Aru levantándola de un grito, del susto Mike la hizo lanzada y cayó sentada en el suelo
— ¡Maldito hijo de puta!
— ¡¿Qué demonios pasó?! – preguntó Mike con el corazón en la mano
— Pasó que se durmieron par de irresponsables – soltó Levi
— ¡Maldito desquiciado, no son ni las cinco!
— ¡Van a ser las ocho de la mañana!
Ambos vuelven a ver sus relojes, lo meditan un segundo y se levantan acelerados
— ¡Mike levántalos mientras hago el desayuno!
— Que no se bañen – replicó Mike que todavía no estaba despierto del todo – así ahorramos tiempo
— Se van a bañar Mike – interrumpió Levi
— Van a sudar como cerdos en una hora, qué se bañen después
— No me importa, se tienen que bañar ahora y también después
Aru se colocó entre los dos con un moño en el cabello a medio hacer y cara de dormida. Les puso a ambos una mano en el pecho
— Levi levántalos y que se bañen, Mike, ayúdame con el desayuno
— Te ves de la mierda – dijo Levi – pero a la misma vez el rubio afirmó con un – te ves hermosa
Esto hizo que ella soltara una carcajada
— Ustedes son polos opuestos... vamos, ayúdenme qué si Erwin se entera que empezamos tarde nos va a matar, incluyéndote a ti Levi
— ¡Tsk!
Los tres se pusieron en marcha, para los reclutas despertar a punta de los gritos de Levi no era lo que esperaban, pero con el desayuno todo mejoró, una hora después los chicos empezaban el entrenamiento
— Les dieron demasiada comida – dijo Levi a la pelinegra viéndolos salir a correr con Mike – se van a vomitar
— Ya cumplí con darles de comer, si se vomitan no es problema mío