Capítulo 13. Primer ataque

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Después de que Eren empezó a hablar, las cosas parecieron fluir de manera más rápida

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Después de que Eren empezó a hablar, las cosas parecieron fluir de manera más rápida. No solo era el hecho de que la interacción con sus compañeros avanzó a pasos agigantados, si no, que los informes que Hange recababa en sus entrevistas cada vez les daban más información.

Los entrenamientos, el trabajo en equipo y la compañía eran ahora rutinarios, el grupo de veteranos, a excepción de Zeke que entró unos meses después, ya tenía casi dos años de trabajar juntos. Los reclutas a estas alturas ya se conocían desde hace más de un año y el tiempo se encargó de fomentar lazos fuertes entre todos los del grupo.

Familia, los llamó Erwin en una ocasión y en eso se habían convertido. Eran una familia particular, con muchos hijos revoltosos y padres bastante locos que a su manera procuraban su bienestar. La rutina se repetía, con ese paso constante que les permitía pensar que todos estaban tras el mismo objetivo, dieron por hecho que todo estaría bien... y tal vez ese fue el error.

Esa tarde, Aru estaba sentada junto a Petra en la sala de reuniones

— ¿Hiciste la reservación? – preguntó Petra

— Ujum, pero ese maldito lugar es muy cotizado, tuve que pagar extra para asegurar un espacio para mañana

— No seas tacaña, es tu aniversario

— No soy tacaña, solo digo pudiste recomendarme algo más privado, siento que va a estar llenísimo

— Te prometo que no lo estará, es bastante exclusivo

— Espero que la comida sea buena, Mike adora la buena cuchara y sería la primera vez que no le hago la cena en nuestro aniversario

— Es exquisito, no te preocupes, Levi me lleva mucho ahí, él es muy delicado con la comida y es su lugar favorito

— Quién lo diría, lo creía un mezquino la verdad

— Pues conmigo no lo es – replicó sacándole la lengua – ¿llevarás el vestido rojo?

— Si, les haré caso esta vez, que tú Hange y Nanaba se pongan de acuerdo en algo, supongo que es una señal

— Te veías divina, ese escote lo va a volver loco, a Levi le gustó

— ¡¿Por qué le enseñas nuestras fotos?! Por algo tenemos el maldito grupo de solo las chicas


La pelirroja le agarra las mejillas

— Estaba husmeando y le dio curiosidad

— Maldito enano metiche


Aru también le tomó las mejillas y presionó fuerte. Ninguna se soltaba

— ¿Por qué no hacemos una cita doble uno de estos días? – propuso Petra

Caótica bellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora