Capítulo 12. Mentiras y verdades

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Los trajes estaban listos, los prototipos iniciales eran un poco más bruscos, pero Hange y Moblit se encargaron de optimizar los componentes y dieron como resultado un traje negro mucho más ligero y con mayor potencia

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Los trajes estaban listos, los prototipos iniciales eran un poco más bruscos, pero Hange y Moblit se encargaron de optimizar los componentes y dieron como resultado un traje negro mucho más ligero y con mayor potencia. Estos consistían en un exoesqueleto que maximizaba la fuerza del individuo, blindaje de alta resistencia, monitoreo de signos vitales, casco con distintos tipos de visión que además permitían la comunicación entre toda la red interconectada. A esto se le incluyeron varias armas ligeras, dispositivos de anclaje y detonadores que probaron con los resultados obtenidos de las investigaciones del cuerpo de titán de Eren.

Levi y Mike fueron los encargados de probar los prototipos que al finalizar las pruebas los convirtieron en dos máquinas de matar y estaban sumamente emocionados de comenzar el entrenamiento con los demás. Luego de unas semanas desde que les dieron el visto bueno, tanto reclutas como veteranos tenían los trajes con el que iniciarían entrenamientos.

Los adultos fueron los primeros en probarlos y acostumbrarse a ellos, Mike y Levi fueron los encargados de enseñarles los principios básicos, pero en semanas ya eran como peces en el agua. Y si había alguien que estaba encantada con el traje, esa era Aru Damin, que se sentía más invencible que nunca. Una noche estaba con Petra en la azotea, viendo el mar y hablando después del entrenamiento, aún con los trajes puestos

— ¡Mira Petra! – replicó levantando con facilidad unas pesas con las que Mike perdía el tiempo cuando estaba aburrido

— ¡Yo también quiero intentarlo! – chilló la pelirroja

— Mejor golpéame, Mike no quiere hacerlo, pero no creo que pase nada, eres una debilucha


Petra no la dejó ni terminar, se abalanzó sobre ella y la tacleó, pero la fuerza del traje era mayor de lo que esperaba, así que las dos salieron catapultadas y cayeron en el primer nivel, una pequeña estela de humo las rodeó, pero era de noche por lo que nadie se dio cuenta, o eso creían

— Mierda, Aru, ¿estás bien?


Un pitido repetitivo se empezó a escuchar, pero la pelinegra no respondía

— ¡Aru! ¡Respóndeme!

— Que demonios fue eso – escuchó la voz de Mike que venía hacia ellas


Ahora Petra entró en crisis

— Mierda, la maté, la maté, Mike me va a matar – empezó a susurrar mientras sollozaba y la sacudía, pero fue interrumpida por una risita – ¡Eres una idiota!

— Estúpida me dolió – replicó con una mueca

— ¿Qué hacen ahí las dos? – preguntó Mike al dar la vuelta

— Nada, brincamos desde arriba y a Aru se le torció el tobillo, la estaba ayudando a levantarse – replicó la pelirroja rápidamente antes de que Aru le pudiera echar la culpa

Caótica bellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora