A medida que el tiempo pasaba, ambas aves seguían volando una a la par de la otra, principalmente el águila por encima del guacamayo. En todo el transcurso, no se habían dirigido ni un sola palabra, manteniéndose en un silencio incómodo, principalmente para el azul, el cual seguía a duras penas a la gran ave que, pese a su tamaño, era muy ágil y veloz a la hora de volar entre la densa selva, dejando atrás fácilmente al pobre Blu, que luchaba por seguirle el paso, esquivando y chocando con todo.
-Oye, ¿podrías ir más despacio?-jadeó el macho, aleteando frenéticamente para seguirle el paso al depredador que apenas le echó una mirada de reojo. -. . .-La arpía no respondió mientras se posaba en una rama, viendo con desdén cómo el guacamayo "aterrizaba" junto a ella de manera patética, lleno de rasguños, suciedad y maleza.
-¿Ya llegamos?-preguntó Blu, recuperando el aliento y miro a la gran hembra con claro cansando -No, no vamos ni por la mitad...-declaró Damaris, mirando de forma despectiva al macho extendido en la rama, inhalando y exhalando como si hubiera corrido una maratón. -Realmente eres patético. . . ¿cómo puedes estar exhausto con algo como esto?-
Blu solo pudo bajar la mirada; ciertamente ya estaba acostumbrado a ser menospreciado por los demás, pero seguía siendo igual de doloroso que siempre. -Yo, lo siento... yo no... yo no estoy acostumbrado a esto... ni aquí...- suavemente habló el guacamayo decaído, mientras se reincorporaba sacudiéndose la suciedad de las plumas.
Damaris ciertamente se había dado cuenta de esto, pero no le dio importancia y simplemente miró el cielo, dándose cuenta de que estaba oscureciendo. -Por hoy... descansaremos- Sin más palabras, la arpía subió a la rama más alta del mismo árbol, dejando a Blu por debajo.
Este solo se limitó a observarla por unos minutos. Una vez bajó la mirada donde estaba anteriormente el águila, notó que en el tronco del árbol había un hueco lo suficientemente ancho como para que él se metiera. Dudando un poco, se asomó al agujero, revisando que no tuviera arañas y finalmente se metió para descansar.
Mientras tanto, Damaris, aún en la copa del árbol, observaba el anochecer mientras se mantenía pensativa. Ciertamente le parecía interesante que, pese a sus múltiples amenazas, el guacamayo aún no intentara escapar. E incluso le parecía lindo cómo temblaba como gelatina, pero este último pensamiento se desvaneció tan rápido como llegó.
-Con que... no eres salvaje... ¿eh?-
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Entre Garras Y Alas ||Rio 2|| Fanfic ||
FanfictionNuestro querido Blu viajó junto a su familia a la increíble y salvaje Amazonas después de enterarse de que posiblemente no eran los únicos guacamayos spix. Adentrándose en las garras de la selva desconocida, fueron raptados y llevados al corazón de...