Nuestro querido Blu viajó junto a su familia a la increíble y salvaje Amazonas después de enterarse de que posiblemente no eran los únicos guacamayos spix. Adentrándose en las garras de la selva desconocida, fueron raptados y llevados al corazón de...
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En lo alto de un frondoso árbol en la selva tropical, bajo un cielo azul brillante, una guacamaya hembra de vivos colores se encuentra con su amigo el tucán, cuyo pico multicolor refleja la luz del sol.
Ahora, estando en un lugar más apartado, lejos del bullicio de las entrevistas de Nico y Pedro, Rafael y Perla pudieron comenzar su conversación tranquilamente.
-Ahora cuéntame, ¿por qué la cara larga? -comenzó Rafael con su típico tono entre bromista y despreocupado.
-Tuve una discusión con Blu -respondió Perla con voz pesada.
-¿Su primera pelea de esposos, eh? -siguió bromeando el tucán, aunque por la mirada severa de la hembra dejó de hacerlo en su mayoría.
-Me dejé llevar por el enojo y le dije cosas muy hirientes -suspiró con frustración la guacamaya, solo de recordar lo que pasó.
-Me contó que no la estaba pasando bien aquí -confesó Perla mirando hacia abajo.
-¿Un ave que fue criada por humanos, sin ningún sentido de supervivencia, aislada de otras aves la mitad de su vida y que no sabe sobrevivir en la vida salvaje? Vaya, debió ser una sorpresa enorme -contestó con sarcasmo el tucán con tranquilidad.
-Ya sé, ya sé, ya entendí. ¿Me vas a aconsejar o solo hiciste que te contara para ponerte sarcástico? -se quejó la hembra con irritación ante el sarcasmo y tranquilidad del tucán macho.
-Oye, oye, tranquila mujer, a eso iba -tranquilizó el macho mientras se acercaba a la guacamaya.
-Mira, Perla, todos cometemos errores, lo importante es reconocerlos y hacer algo al respecto -Rafael mencionó poniéndose serio pero siguiendo con su aire relajado mientras atraía a la hembra con su ala por el hombro- Blu te quiere, eso está claro, pero también quiere que lo aprecies.-
-Entonces, ¿qué me aconsejas que haga, Rafael? -preguntó la hembra mirando a su amigo un poco más tranquila.
-Primero, deja el orgullo a un lado y discúlpate sinceramente. Dile a Blu cómo te sientes y cuánto lo valoras -aconsejó Rafael, sonriendo de manera tranquila para proporcionarle seguridad y alivio a su amiga -Y luego, quizás, podrías llegar a un acuerdo donde ambas partes ganen, ¿no te parece? -sugirió el tucán sonriéndole a la guacamaya.
-¡Eso es una gran idea! ¡Muchas gracias, Rafael! -exclamó Perla, sonriendo antes de darle un gran abrazo a su amigo, para después irse volando, ahora más motivada para arreglar las cosas con su esposo.
Mientras volaba hacia la tribu, pasó por encima de la arena de batalla, divisando la cangurera de Blu, tirada justo donde la había dejado después de su pelea. Perla descendió justo frente a ella, mirándola con preocupación.
