A medida que el guacamayo planeaba y llevaba a cabo el plan para convencer a la rapaz de que no lo matara, no se dio cuenta de que el águila poco a poco estaba descendiendo del cielo, dirigiéndose a una zona específica de la selva. No muy lejos se observaba una pequeña cabaña abandonada, hecha de madera vieja y metal oxidado, con varias jaulas rotas tiradas alrededor, llenas de restos de huesos y plumas.
La gran ave, pese a su tamaño, volaba y maniobraba ágilmente entre la densa selva, acercándose cada vez más a la cabaña. Entró por uno de los muchos agujeros formados en la madera podrida y, con una pirueta en el aire, lanzó al guacamayo a gran velocidad contra una pared. Luego se abalanzó velozmente sobre él, estrellando una de sus patas contra el cuello del ave azulada y clavando sus garras en la pared a ambos lados de su cuello, inmovilizándolo prácticamente.
El pobre Blu tuvo poco o ningún tiempo para reaccionar. Cuando se dio cuenta, ya estaba retenido con las garras afiladas del águila, que amenazaban con tajarle el pescuezo. La rapaz, aún una gran sombra frente a él, dijo con voz fría y profunda -Escúchame bien, gallina pintada,ni si quiera piense en querer engañarme...- Las palabras resonaron en los oídos de Blu, inundándolo de terror. —Terminarás como las muchas aves que creyeron que podían engañarme— escupió con ira y frialdad el águila.
—Q-qué... les pa-pasó?—preguntó a duras penas el guacamayo, sintiendo cómo su cuerpo empezaba a temblar involuntariamente. El águila entrecerró los ojos antes de desplegar su ala apuntando a su costado. Lenta y nerviosamente, Blu miró a dónde apuntaba, solo para encontrar algo que lo llenó de terror.
A su costado había una jaula vieja y oxidada con los restos óseos y plumas de una guacamaya totalmente descuartizada, con algunos metales afilados incrustados entre sus extremidades. Aunque los huesos no se veían tan mal, solo pensar en cómo se vería el cuerpo aún carnoso empalado múltiples veces le daban ganas de vomitar y posiblemente desmayarse.
—Si me mientes. . .Tú serás el siguiente— habló de manera aún más amenazante el águila, apretando con fuerza el pescuezo de Blu, quien solo pudo quejarse de dolor antes de ser soltado bruscamente y caer al suelo, tosiendo frenéticamente para recuperar el aire.
El águila se limitó a mirarlo con desprecio antes de volar hacia una de las jaulas aún colgadas en el techo, colgándose de esta. Sacó restos aún comestibles de lo que poiblemente era el cadáver de un ave y comenzó a comérselos sin escrúpulos, mientras el guacamayo se recuperaba, mirándola de reojo con miedo y asco.
ESTÁS LEYENDO
Entre Garras Y Alas ||Rio 2|| Fanfic ||
FanfictionNuestro querido Blu viajó junto a su familia a la increíble y salvaje Amazonas después de enterarse de que posiblemente no eran los únicos guacamayos spix. Adentrándose en las garras de la selva desconocida, fueron raptados y llevados al corazón de...